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Bogotá. La Federación Nacional de Industriales de la Madera (Fedemaderas) expresa su desacuerdo con recientes publicaciones que en la red social X ha realizado el señor Presidente de la República, Gustavo Petro. El pasado 4 de enero se publicaron afirmaciones que merecen ser puntualizadas con el propósito de no estigmatizar a la red del recurso forestal y de la madera que actualmente aporta más de 1,4% al PIB de Colombia.

Actualmente y a propósito del apagón de energía que sufrió la ciudad de Puerto Carreño en el Vichada, más del 60% de su generación eléctrica se realiza con biomasa forestal proveniente de plantaciones forestales comerciales que son una fuente renovable, firme, de proveeduría continua durante 24 horas al día y con demostrados beneficios al medio ambiente. Como lo continúan demostrando estudios científicos indexados, los sistemas mixtos de especies arbóreas y los monocultivos aportan favorablemente al sostenimiento de la biodiversidad y a la captura de carbono, mecanismos de la mayor importancia para la mitigación de los efectos del cambio climático y estrategia productiva para contener la deforestación del bosque natural. Por ello no es exacto afirmar que en su matriz energética predomina la energía fósil.

Si bien las fuentes de energía eólica o solar son de naturaleza renovable, lo cierto también es que a diferencia de la biomasa forestal no son fuentes firmes, pues su generación depende de las horas luz día o de ciertos parámetros mínimos de viento. Su alta importancia sí radica en una generación de contingencia y que complementariamente ayude a cubrir parte de la demanda diurna. Puerto Carreño y muchas otras zonas del país necesitan energía firme y es allí, como lo está demostrando el mundo en otros hemisferios, donde la biomasa forestal es la respuesta acertada.

En Colombia y particularmente en la Orinoquía, la mayoría de plantaciones forestales de la región gozan de certificación FSC®, garantía del responsable manejo de los bosques, cumplimiento de las leyes nacionales y de una debida diligencia en los procesos de compra de tierras. Pero incluso y bajo otras figuras jurídicas legales, los cultivos de las plantaciones se realizan en predios arrendados o mediante cuentas en participación o contratos en usufructo, de tal suerte que la propiedad de la tierra es del campesino quien de manera armónica hace parte del aparato productivo y agrícola de estos cultivos en compañía de empresas formales que aportan su conocimiento y experiencia técnica.

Finalmente, Fedemaderas considera que un gobierno que defiende y promueve la descarbonización, bien debe también promover el uso de energías renovables como la biomasa forestal, en lugar de estigmatizarla al afirmar que los reforestadores se han apropiado de terrenos de la Nación.

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