Minería sostenible, la clave para rescatar un sector en crisis y asegurar su futuro en Colombia
Bogotá. La industria minera en Colombia, históricamente una de las principales fuentes económicas del país, enfrenta actualmente desafíos significativos. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) este sector experimentó una contracción del 8,1 % en el segundo trimestre de 2024, acumulando una disminución del 6,7 % en comparación con el año anterior. Esta caída ha afectado todos sus segmentos, incluida la extracción de carbón.
Empresas como Glencore han anunciado reducciones significativas en su producción. La compañía informó recientemente que planea disminuir entre 5 y 10 millones de toneladas anuales la producción de carbón en su mina del Cerrejón, la más grande de América Latina. Esta decisión responde a los altos costos de transporte y a las estrictas políticas de transición hacia energías más limpias implementadas por el gobierno colombiano.
Este panorama no solo afecta a las empresas mineras, sino también a las comunidades que dependen de esta actividad para su sustento. En el caso del Cerrejón, por ejemplo, la compañía genera más de 12.000 empleos directos y representa el 45 % del PIB de La Guajira.
Estos datos evidencian que la disminución en la producción minera y las políticas ambientales más estrictas plantean nuevos retos y la necesidad de adoptar prácticas más sostenibles que equilibren el desarrollo económico con la conservación ambiental.
La necesidad de hacer cambios urgentes
En la actualidad, la explotación minera a gran escala en Colombia aún enfrenta desafíos asociados a la sostenibilidad ambiental y la inclusión social, además del reto de diversificar su producción hacia minerales estratégicos y de transición como por ejemplo el cobre o el litio, los cuales son muy demandados en la actualidad para tecnologías de energía limpia. El contexto colombiano al igual que otros a nivel global, también exige una adaptación a modelos de minería sostenible y responsable, considerando que el país ha iniciado una transición hacia fuentes de energía renovable y reducción de la dependencia de los combustibles fósiles, enfatiza Luis Carlos Araujo Medina, docente del programa de Ingeniería de Minas de Areandina, sede Valledupar.
Además, Araujo agrega que otro de los grandes desafíos del sector es cambiar la narrativa que se ha generado en torno a la actividad minera, no se debe confundir la minería, que es una actividad económica legal, con la extracción ilegal de materiales y minerales, que es una práctica ilícita muy común en nuestros territorios principalmente realizada por grupos al margen de la ley. Esta extracción ilegal es la que principalmente genera las mayores afectaciones al medio ambiente a nivel nacional, sin embargo, se debe reconocer que, en la minería, también es común encontrar algunas malas prácticas, las cuales se relacionan principalmente con un alto grado de incumplimiento de los planes de manejo ambiental y de la normativa minera y ambiental vigente, principalmente en las explotaciones clasificadas como de pequeña y mediana escala según la legislación colombiana vigente.
Para enfrentar estos problemas, la industria ha venido adoptando diversas estrategias ambientales. Entre las más destacadas se encuentran la implementación de tecnologías de bajo impacto, la optimización del uso de recursos hídricos, la reforestación de áreas intervenidas y la adopción de energías renovables en los procesos extractivos y de transformación, entre otras.
Uno de los avances más prometedores en este ámbito es la descarbonización de algunos procesos e instalaciones mineras mediante la introducción de nuevas tecnologías de combustión más eficientes y menos contaminantes a partir de la utilización de hidrógeno y gas licuado de petróleo (GLP), los cuales pueden utilizarse combinados, en diferentes proporciones, mediante el proceso conocido como “Blending”. La idea principal sería ir reemplazando el uso de combustibles fósiles en la generación de la energía necesaria para diversos procesos, por ejemplo, en la locomoción de los equipos y maquinaria minera o en el caso de la minería polimetálica, en las plantas de beneficio y transformación de minerales “Esta innovación, que ha sido aplicada con éxito en otros países, como el caso de Chile, podría ser clave para la sostenibilidad de la industria en Colombia”, añade Araujo.
Innovación tecnológica
Por otro lado, algunas empresas están promoviendo el uso de la Inteligencia Artificial (IA) y la innovación tecnológica para optimizar los procesos y operaciones mineras, mejorar la eficiencia operativa, reducir costos, residuos y los impactos ambientales en sí mismos. Si se logran combinar las tecnologías modernas basadas en IA con políticas claras en materia de responsabilidad social y ambiental de las empresas mineras, se podrá colocar a la industria minera mundial a la vanguardia de la transformación digital globalizada, asegura el experto.
Araujo concluye que el desarrollo de una minería sostenible no solo es una necesidad ambiental, sino también una oportunidad para que el sector gane legitimidad y apoyo social. La sostenibilidad no sólo económica sino también ambiental se ha convertido en un factor decisivo desde el punto de vista de los inversionistas. Las empresas que integran el desarrollo sostenible en sus objetivos estratégicos suelen atraer más oportunidades de inversión, ya que se perciben como opciones más seguras. Esto se debe a que cuentan con iniciativas de responsabilidad social corporativa más robustas, lo que les otorga una ventaja competitiva dentro del sector. “Para ello, es fundamental que las empresas trabajen mancomunadamente con las comunidades locales, asegurando que los beneficios económicos de la actividad extractiva se traduzcan en mejoras en la calidad de vida de los habitantes de las zonas mineras”.
Asimismo, el gobierno colombiano ha implementado diversas normativas para mitigar los impactos ambientales asociados con la actividad minera. La Agencia Nacional de Minería (ANM), la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible han promovido regulaciones más estrictas en cuanto al manejo de residuos y emisiones y la protección de ecosistemas vulnerables y estratégicos. Sin embargo, el reto sigue siendo la aplicación efectiva de estas medidas, especialmente en el caso de la pequeña y mediana minería, y en el caso de la extracción ilícita de minerales y materiales, que representa una de las principales amenazas ambientales del país, se debe priorizar la aplicación de instrumentos judiciales más severos.