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Montería. Cada año, cuando se celebra el Día de la Tierra, nos ponemos a pensar cómo contribuyo a que la tierra no sufra. Pero eso no es cosa de un día, debe ser una acción que se  haga diariamente desde la actividad en la cual se desempeña la persona. 

Lo primero que hay que tener claro es que la tierra es el sostén de la humanidad. De ella dependemos. Y no solo desde lo que vemos sino desde uno de sus componentes esenciales, el suelo, aunque este no se vea igual para todas las personas.

Como bien lo dice Rafael Novoa Yanez, ingeniero agrónomo y máster en Ciencias Agrícolas énfasis en suelo, investigador de Agrosavia, el suelo que le interesa a un ingeniero de minas no es el mismo que le interesa a un agricultor o a un geólogo, pero el  sostén se desarrolla sobre la misma tierra. 

Entonces, la pregunta del millón es ¿cómo desde cada una de las profesiones e incluso de los oficios que cada ser humano desarrolla se puede ayudar a conservar y mantener la sostenibilidad de la tierra?  El primer paso, según expresa el investigador, es reconocer el recurso y su invaluable necesidad para el ser humano. Por ello, Novoa Yanez insiste en dos términos que siempre deben estar presentes: conservación y sostenibilidad.

“Por ejemplo, muchas veces en la producción de alimentos entramos en el conflicto de usos, es decir, usar el suelo en actividades para la que no es apto.  Cuando eso ocurre nos encontramos que el cultivo va a necesitar mayor uso de agroquímicos para poder obtener lo que se quiere, pero lo más importante

no es el costo adicional que se pueda generar sino el impacto que va a generarse sobre el recurso cuando no está en su vocación, allí entra el componente de conservación”, explica el investigador de Agrosavia.

Rafael Novoa Yanez

Rafael Novoa Yanez

Ah, pero si estás usando el suelo para lo que es apto, no basta con eso, también tienes que ayudarlo.  “Si estás usando el suelo en lo que es su aptitud tienes que ayudarlo, porque tienes que devolverle lo que él te está dando. Reemplazar  lo que estás sacando.  Si estás usando el suelo tienes que restituir lo que estás sacando para que siga siendo sostenible. Sostenible es usarlo en el tiempo sin que pierda su capacidad”, agrega Novoa Yanez.

Cuando se usa un terreno con monocultivo se debe dejar descansar, dejar de usarlo en lo que se está haciendo y sembrar leguminosas porque ellas son especiales para restaurar el suelo porque están en zonas donde llueve y donde no llueve.

Comprar por calidad de suelo

En la gran mayoría de las ocasiones los hombres compran tierras por ubicación, por belleza, por cantidad, pero no por el suelo, por la calidad de este. Pero esa debe ser la principal razón para adquirir un terreno si ya tiene claro qué es lo que quiere hacer.

“La calidad del suelo no está en los primeros 20 centímetros de este, hay que revisar mucho más abajo,  se compra por área pero no se revisa calidad. Esta es importante porque es la que nos dice el tipo de fertilidad que hay y qué podemos hacer en esa área”, enfatiza el investigador.

En Córdoba es muy usual el arrendamiento de tierras porque quienes la trabajan no tienen dónde sembrar. Con el tiempo pierde el suelo y el dueño de la tierra si esta es usada para lo que es apta, porque quien la usa no se preocupa por restituirle a la tierra lo que le sacó, con lo cual está en riesgo la sostenibilidad de la misma.

¿Qué le pasa al suelo cuando se usa para lo que no tiene vocación?

Cambiar la aptitud  del suelo le causa deterioro al recurso. “Te vas a ver obligado a usar más insumos, exceso de agroquímicos en el manejo de plagas, de la nutrición,  se pueden generar  daños  físicos al suelo, se dan procesos  de compactación,  de erosión,  salinización. En muchos casos si hay fuentes de  agua cercanas cuando se usan excesivas cantidades de nitrógeno todo ese nitrógeno que no usa la planta y que no queda en el suelo, por drenaje se va a las fuentes de agua,  entonces  también se pueden generar  contaminación  de las fuentes hídricas afectando a los seres que viven allí”, agrega Rafael Novoa.

La Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra) está haciendo un trabajo de  determinar la vocación de los suelos en el país, lo que llaman la frontera agrícola, esa información es importante tenerla en cuenta para que la tierra, en su componente suelo, se conserve y siga siendo sostenible.

En favor de la tierra

Y las personas que pasan en casa y creen que no tienen responsabilidades sobre la tierra, no es así. Todos podemos aportar en favor de la tierra.

Sobre este tema el investigador de Agrosavia dice: Los seres  humanos somos grandes productores de basura y esa basura se queda en la tierra no se va para otro planeta. Es cierto que se han determinado zonas para botarla –áreas que también deben tener aptitud para eso-, pero también es cierto que desde la casa podemos ayudar al planeta. Por ejemplo, los desechos orgánicos no procesados, como las conchas de plátano, yuca, banano, ñame, no se deben ir a la basura porque en el relleno nadie las aprovecha, pero si las podemos usar para abonar plantas o árboles que tengamos en casa porque eso salió de la tierra y se la podemos devolver a ella ya que ellas contienen cobre, potasio, hierro, zinc, manganeso, cloro, elementos que necesita una planta para sobrevivir. Esas conchas sirven de fertilizantes para las plantas.

La tierra no es solo lo que vemos encima, adentro tiene vida y habla y nos dices si está bien o está mal. 

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