Joel Espitia, el rostro de los agricultores damnificados por las inundaciones
Lorica. La actual emergencia invernal ha afectado implacablemente a los agricultores de varias zonas del departamento. Uno de los rostros de esta tragedia que afecta la economía de centenares de familias cordobesas es Joel Espitia, cultivador de Sarandelo, la zona donde el Sinú abrió una boca, el domingo pasado, inundando todo por doquier.
Espitia estuvo, en las últimas horas, inspeccionando con sus propios ojos las pérdidas que tiene en su terreno. Con tristeza e impotencia narró detalladamente lo que el agua le dañó.
El agricultor confirmó que tiene inundadas 2,5 hectáreas de cultivo de piña, que tenían producto para recoger. También, 0,4 hectáreas de cultivo de badea, que de igual forma tiene pérdida total y que le producía 800 badeas semanales y 6 hectáreas de maíz. Sin contar el cultivo de plátano, frutales, las aves de corral y una cría de cerdos que, por fortuna, alcanzó a trasladar a zonas secas.
“Clamo a las entidades para que por favor me ayuden. Estoy endeudado en el Banco Agrario. Mi responsabilidad y honradez no me va a dejar dormir tranquilo hasta que pague. Somos centenares de damnificados”, aseguró.
La preocupación de Joel es entendible, si se tiene en cuenta que los créditos que tiene ante el banco podrían llegar a los 14 millones de pesos y no cumplir con los pagos lo martiriza. A lo anterior, se suma el hecho de que los suelos afectados seguirán anegados por el invierno que, se estima, se extienda hasta noviembre.
Las esperanzas de volver a sembrar parecieran desvanecerse ante el panorama actual y el que se pronostica, pero la esperanza de trabajar la tierra que tiene todo agricultor, en el fondo, siempre permanece y es la que le da fuerzas para resistir los embates de la naturaleza.
Joel es un agricultor nato, hoy tiene 62 años, y desde siempre ha estado relacionado con el trabajo del campo, ese que heredó de su padre y que le ha permitido sacar a su familia adelante, a punta de trabajo, sudor, alegrías y cansancio.
Vive en Sarandelo junto con su esposa Licencia del Socorro López Vega y con sus dos hijos de 27 y 36 años. La mayor, Evelin Elisa Espitia López, es estudiante de décimo semestre de Administración de Empresas de la Universidad de Cartagena, sede Cereté.
Los afectados reconocen que es la primera vez que viven una situación como esta. Ver el agua apropiarse de su predio, como si fuera su dueño y tener que salir, con poca ropa para salvaguardar su vida es una imagen que no borrarán tan fácil de su memoria. Hoy están a salvo en Lorica esperando que los niveles de la inundación empiecen a bajar.
“Hago un llamado para que por favor nos ayuden, somos campesinos serios y en una situación de esas nos preocupamos porque perdemos lo que tenemos ahorrado y lo que no nos hemos ganado”, aseguró el cultivador.
Joel sacó cuentas. Si el verano, como esperan, llega en diciembre, estima que solo entre marzo o abril podría volver a sembrar la tierra, sin embargo, en esos meses comenzaría de nuevo la ola invernal. Sin importar la adversidad de este momento o la venidera, el sueño de cultivar sigue intacto a la espera de que la naturaleza le dé chance de recuperar lo perdido.