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ExSecretario de Cultura de Buenavista. Gestor cultural.

Por: Oscar Melendres Garcés

El lunes pasado murió mi madre. Se acercaba el ocaso del mes de mayo y entre un coro de ángeles celestiales tomó el inexorable camino que al final, todos, estamos llamados a recorrer. Bertilda María Atencia Banqueth, una mujer de marcada descendencia afro que siempre vivió feliz pese a las exigencias que tuvo que afrontar para mantenerse con vida hasta sus 98 años de edad.

Ahora que caigo en cuenta debo admitir que mi mamá murió feliz, aún hasta en ese momento fue feliz. Con una lucidez, extraordinariamente asombrosa, recibió la visita de todos sus vecinos, charló con ellos y preguntó por los familiares de sus visitantes que no llegaron con ellos.

Bertilda María, la mayor de nueve hermanos mantuvo una inusitada y admirable capacidad para superarse frente a los golpes que le presentó la vida. Siete de sus hermanos murieron antes que ella y en los últimos siete años, en su orden le fallecieron el esposo, dos de sus hijas y una nieta. Vivió sus duelos y entre uno y otro nos fue enseñando que mientras estemos en la tierra debemos ser felices.

Hasta las últimas horas de su vida mantuvo su amor por la música. Le fue fiel a la música de gaitas y al Bullerengue, manifestaciones que en sus tiempos de juventud practicó como música y bailadora, así como también ejecutó la caja y la guacharaca de conjuntos vallenatos. Existe en esta familia toda una trayectoria de músicos destacados dentro de los que sobresalió Fermín Atencia, el príncipe de la Charanga.

Son tantas cosas que aprendí de ella, que algunas las he convertido en doctrina de vida. Algunos de esos postulados son:

  • Nunca muestres tu tristeza ante los demás, algunos se burlarán de ti, aprovecharán tu momento de debilidad, otros te consolarán, pero al final todos murmurarán de ti.
  • Con los vecinos nunca se pelea. Al final entenderás que ellos son la extensión de tu familia.
  • Siempre se prepara un poco más de comida de la que se necesita en casa. No sabes si de imprevisto te llega una visita.
  • Haz amistades en todas partes. Todos los amigos son importantes, no importa su condición o posición social.
  • Trata siempre de ser joven sin importar tu edad.

Pocos días antes de su muerte se trasladó a Tolú Viejo, su pueblo natal. Desde su lecho lo visitó en búsqueda de cangrejos azules y en medio de sus alucinaciones nos alcanzó a dar la receta de una de las tantas formas como se prepara este plato de orillas de mar.

Esta visita a Tolú Viejo nos la fue narrando, en un estado distante al nuestro nos fue indicando el pueblo en el que nació…recorrió sus calles, se encontró con amigos y se detuvo a reparar detalladamente a un vendedor de cangrejos “tanto tiempo comprándole cangrejos y hasta hoy me doy cuenta que tiene una pata de palo…”, dijo.

Este recorrido lo terminó en el mar, cuando llegó a su orilla, pienso que fue más feliz, que se sintió libre. Cuando en su alucinación llegó al mar se sonrió de manera sostenida por uno, dos, tres, cuatro…no sé cuántos segundos y volvió a su realidad, la realidad entre su familia y en su lecho.

Una vez aterrizada en nuestro mundo, en nuestro tiempo, en nuestra dimensión pidió que le llevaran a Meriel Sofía, mi Distinguida…sus caricias de matrona fueron las más tiernas que se hayan podido ver, la encomendó a mi cuidado y entre sonrisas se fue despidiendo de nosotros.

Siento la tranquilidad de haber estado allí y tener la certeza de que mi mamá murió feliz.

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4 COMENTARIOS

  1. Que bonito relato, me emocionó y me dio mucha nostalgia pero la alegría de saber que tu madre se fue feliz y vivió cada momento, su lucidez me sorprendían como recordaba sus viejas amistades como a mi madre y abuela Nimia por la cual me preguntaba.
    Un fuerte abrazo Oscar.

  2. Dios la tenga en su santa gloria. 98 años es de la madera que ya no sale.

  3. Muy buenas las enseñanzas de la señora Betilda, dignas de ser compartidas, gracias, y se que es una satisfaccción para ustedes que su madre sa haya ido felíz

  4. Fue afortunada de tener un hijo como usted, “Nuestro paso por este mundo es efímero y hoy su Mamá se marchó para siempre, no puedo entender el dolor que esta sintiendo, sin embargo quiero recordarle que tenemos la esperanza de algún día reunirnos con nuestros seres queridos en la gloria de Dios.”

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