Papaya, cultivo integrador de 100 familias en Valencia

Valencia. Cien familias de Valencia, 70 % de ellas víctimas del conflicto armado, tendrán en la papaya la oportunidad de tener su propia empresa y mejorar su nivel de vida. Este producto es el integrador de varias acciones en favor de la economía de Valencia.

Como municipio Pdet, la Agencia de Renovación del Territorio (ART) los apoya con 3.450 millones de pesos para el establecimiento de 40 hectáreas de papaya, placa huella entre Las Nubes – Florisanto y apoyo financiero para 8 emprendimientos que están funcionando en el área donde hay papaya sembrada.

La Asociación Agroecológica de Productores y Comercializadores de Papaya del Alto Sinú (Appalsi) tocó las puertas de la ART para que los apoyara en la siembra de la fruta. Buscaron beneficiarios víctimas del conflicto armado, que aunque en este momento no hacen parte de la Asociación, el compromiso es que se incorporen a esta luego del proceso de capacitación asociativo que trae consigo el proyecto.

José Vicente Sánchez, como coordinador de campo, cada día debe revisar que se hagan las labores que se establecen para cada jornada. Explica cómo funciona el sistema de riego que todavía no está prestando el servicio por inconvenientes con la conexión de energía.

De diez en diez

De las 40 hectáreas que van a cultivar en este momento se ha hecho el trabajo de siembra en 10 de ellas, porque la idea es ir sembrando cada dos meses 10 hectáreas para ir produciendo en escala. Esta semana se comienza la siembra de 10 hectáreas más.

“El terreno en el que sembramos no es de la Asociación, lo tenemos arrendado por cinco año porque tiene la opción de compra. Ese es el objetivo, comprarlo para que pertenezca a las cien familias beneficiarias de este proyecto de la ART. La Agencia nos apoya durante un año, pero nuestra proyección es a 5 años porque vamos a tener un fondo rotatorio para seguir sembrando”, explica Jhon Aldana González, representante legal de Appalsi.

Antes de ser llevadas al lote las semillas de papaya son sembradas en el vivero, allí duran 25 días.

De los 3.450 millones del proyecto general, 1343 son para la siembra de las 40 hectáreas de papaya que aporta la ART, por su parte los beneficiarios aportan como contrapartida 740 millones de pesos representados en mano de obra. Para hacer las labores en campo, la organización hizo diez grupos cada uno con su líder y cada líder responde por las funciones que se distribuyen entre los diez beneficiarios que están a su cargo.

Los beneficiarios del proyecto de la ART se arriesgaron a sembrar las primeras 10 hectáreas en pleno verano y por ello debieron hacer riego planta por planta.

El monto de las 40 hectáreas contempla la preparación del suelo, la fertilización con todo lo que requiere el manejo fitosanitario del cultivo y también el sistema de riego, así mismo, incluye la construcción de las oficinas de Appalsi y de la planta de proceso de poscosecha que se montará en el lote propiedad de la Asociación.

Producción y comercialización

Las primeras papayas se tendrán en diciembre del primer lote sembrado y del cual esperan tener una producción de 80 toneladas, es decir, que en la totalidad de las 40 hectáreas esperan sacar entre 3200 y 3400 toneladas.

La comercialización de la fruta está a cargo de un consorcio que tiene la responsabilidad de poner un socio empresarial que compre la fruta, sin embargo, la junta directiva de  Appalsi también hace sus gestiones para la comercialización de toda la papaya que saldrá de este lote. De hecho, existe el compromiso de venderle a la empresa internacional Fresteruma que apoyó a los productores con el anticipo del dinero que necesitaron para pagar el 50 % del arriendo del lote. Esta empresa exporta a Estados Unidos, Canadá y Europa.

El propósito de la Asociación es que la fruta que salga de las 40 hectáreas que van a sembrar, la mitad de la producción sea comercializada en el mercado internacional.

Uno de los objetivos de Appalsi es que, por lo menos, la mitad de la producción del lote, se vaya para el mercado internacional.

“Esta es la mayor oportunidad para nosotros entrar a una exportación bien definida como Asociación, como grupo, como los beneficiarios que nos unamos para que este proyecto salga adelante”, agrega Aldana González.

Uber Darío Yanez, beneficiario del proyecto y también veedor del mismo, tiene la labor de verificar aspectos como que la siembra se haga bien, preparación de los químicos, y si se facturan los precios correctos según lo estipula el proyecto.

“Dando gracias a los Pdet que están en nuestro municipio y al Estado por tenernos aquí, por tenernos en este proyecto para mejorar nuestra calidad de vida”, afirma por su parte José Vicente Sánchez, coordinador de campo, quien se encarga de que cada día se haga lo que está programado.