“Si no hay campo, no hay comida”: Camilo Humánez
Arache, Chimá. Grato y esperanzador para Córdoba y el país encontrar gente joven que quiere el campo y que cambia las diversiones propias de un adolescente de 13 años, como estar buena parte del día delante de una tablet o celular, por atender animales. Ese es el caso de Camilo Humánez Banda.
Vive con sus padres en la vereda Guayacán en Arache, municipio de Chimá, y él al igual que sus hermanitas Sara y Sofía, respiran campo desde temprano y lo mejor, les gusta.
Viendo fotos viejas de actividades de capacitación en las que ha estado su padre Uriel, se puede ver a Camilo en todas, como diríamos en Córdoba, no se pierde una. Desde los 5 años se convirtió en la mascota del papá, pero desde los 9 años empezó a interesarse por conocer mucho más de lo que su padre hacía, por eso empezó a ayudar en las labores de atender los carneros, de darle de comer a las gallinas ponedoras, de atender pavos y patos. En fin, cuidarlos para que no se enfermaran.
Antes de pandemia se dedicaba a esas actividades en las tardes. El año pasado y este con pandemia ha podido dedicarle más tiempo a los animales, porque como del colegio le mandan son paquetes, guías, saca el tiempo para hacerlos y procura estar al día con las obligaciones del colegio para tener más horas para el cuidado de los animales. Y el hecho de dedicarle más tiempo al campo no descuida el colegio porque sigue estando entre los primeros de los de su grado 8.
A la pregunta de por qué le gusta el campo, Camilo no duda en responder: Es que la tranquilidad que tiene uno aquí es grande, además aquí no necesitas tener plata en el bolsillo para comer. En la ciudad sino tienes plata no comes, aquí se arranca una mata de yuca y tienes para comer, si tienes gallinas sacrificas una y tienes para comer. Aquí me siento muy bien ayudando a mi papá.
Aprendió viendo
Lo que sabe de la atención de los carneros y de las vacas lo ha aprendido de su papá. Entre las dos especies de animales prefiere las últimas porque dan carne y leche.
También le ha servido la presencia de estudiantes de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de Córdoba que van a hacer su programa de extensión “Adopta un Productor” con la Asociación de Productores de los corregimientos de Chimá (Asoagrochimá) porque con lo que le enseñan a su papá el aprendió sobre los cuidados de los carneros y de las vacas. Por ejemplo, sabe despezuñar e identificar la famacha (parásito que le da a los carneros), ya sabe que un indicador de que la salud de los carneros anda mal es el ojo blanco y si está rojo es porque está bien, también sabe del registro y numeración de estos. Conoce sobre las buenas prácticas de ordeño con las vacas.
Buena parte de la responsabilidad de los cuidados de los carneros reposa hoy en la cabeza de Camilo Humánez. Ha hecho tan bien su labor que se ha llevado los aplausos de los docentes de la Unicor que van a supervisar el trabajo de sus alumnos.
Semillero
Camilo hace parte del grupo de semillero de investigación con gallinas ponedoras de la Institución Educativa Alfonso López Pumarejo que orientan estudiantes de Medicina Veterinaria de la Universidad de Córdoba.
El propósito de este semillero es que lo que aprendan con la crianza de estos animales que están en la Institución Educativa sea aplicado en las casas, donde también tienen gallinas ponedoras. Como es el caso de la parcela en la que vive Camilo Humánez, quien tiene la responsabilidad de alimentarlas y cuidar de ellas, labor que comparte con su madre Blanca Banda.
Este semillero comenzó en el año 2018 y es el único que se mantiene de los tres con los que empezó la Universidad de Córdoba. Son 50 gallinas que están bajo el cuidado de 30 estudiantes de los grados 6 a 11 de la Institución Educativa. “Debemos estar pendientes de desparasitarlas, prevenir que no les dé moquillo porque estos animales son sensibles de esta enfermedad ya sea por el polvo o por la lluvia”, afirma Camilo sobre las labores que realizan los estudiantes como él, con las gallinas.
Los huevos que recogen son adquiridos por los dueños de tiendas de la zona y con ese pago los estudiantes deben comprar la alimentación de las gallinas.
Estudio y campo, prioridad
Camilo aprendió en casa a hacer ensilaje de totumo, el que usa para alimentar a las gallinas de su casa y también para las vacas y terneros.
“Este ensilaje sirve para prevenir el moquillo de las gallinas y para desparasitar a carneros y vacas”, afirma con propiedad Camilo Humánez mientras saca de un tanque la porción que dará a las gallinas, las que salen detrás de él sabiendo que les proveerá de comida.
Y como recomendación para los chicos de la ciudad, Camilo, el joven del campo les dice: Pongan el campo y los estudios como prioritarios en sus vidas. Porque si no hay campo no hay comida. Es cierto que en la ciudad encuentras más oportunidades de trabajar, pero acá se encuentra tranquilidad y la oportunidad de consumir lo que tú produces.
Sobre su futuro profesional, afirma que quiere estudiar Medicina Veterinaria u otra profesión que tenga que ver con el campo, porque quiere seguir viviendo en él ya que lo hace feliz.