Desde Tierralta se aporta a la medicina con el veneno de las serpientes

Tierralta. Quien lo creyera desde la vereda Nuevo Ceibal en Tierralta, cerca a la hidroeléctrica Urrá, se está aportando a la investigación para tratamientos contra el cáncer de mama y cuello uterino.

Sí, allí en ese territorio funciona el Centro de Investigación de Venenos de Serpientes como parte del Serpentario Nacional. Pero no es un espacio aislado, no, hace parte de la Estación Ecológica Las Guartinajas, que es hoy un espacio educativo e investigativo para el país.

Al abordar a César Quiroga Giraldo, director del Serpentario Nacional, de por qué están allí, es claro y preciso al decir que su estadía es gracias a un convenio firmado con la empresa Urrá, dueña de la Estación Ecológica Las Guartinajas, que les construyó la infraestructura con todas las condiciones técnicas y los estándares exigidos para que desde allí se investigara sobre las serpientes, específicamente el veneno de las serpientes, pero también de alacranes, arañas y ciempiés.

La serpiente cascabel es una de las venenosas a la cual se le extrae el veneno para estudio.

Se educa sobre serpientes

Pero igual, la Estación no es exclusiva para los investigadores, también tiene espacio para la comunidad, los estudiantes, el turista en general que quiera conocer sobre las serpientes. Allí también se educa.

“Desde aquí sacamos venenos de diferentes especies y en un convenio que tenemos con la universidad de La Salle y otros institutos estamos analizando los componentes citotóxicos del veneno para posibles tratamientos del cáncer de mama y cuello uterino. De la misma manera que tenemos artrópodos como el ciempiés, como las arañas, alacranes y de las toxinas de ellos también estamos investigando qué posibles moléculas nos puedan servir para uso farmacéutico, adicionalmente es un centro de educación, protección y conservación”, explica Quiroga Giraldo en diálogo con el portal En Nuestro Campo.

César Quiroga Giraldo, director del Serpentario Nacional.

Sobre el tema educativo, a lo que hace referencia el director del Serpentario es que a quienes llegan a visitar la Estación Ecológica Las Guartinajas se les explican las características de las serpientes, cuáles son venenosas y cuáles no, qué misión, función, qué servicios cumplen en los ecosistemas, para volverlas aliadas, sin que ello sea motivo para no advertir que también se pueden presentar accidentes.

Ese espacio educativo fue el que permitió saber que todo ese histórico que tenemos en la memoria de que la serpiente candelilla es altamente venenosa, se fue al traste cuando César Quiroga la tomó en sus manos y se la pasó a varios visitantes para que experimentaran que la misma solo sacó la lengua para oler a los que estábamos allí.

Hay más serpientes candelilla

Gracias a toda esa ilustración que se le ha entregado a la comunidad que circunda la Estación Ecológica ha permitido que la población de las serpientes candelilla aumente porque ahora se ven en mayor cantidad en la zona. Ya no las atacan, al contrario, llaman a la Estación para que se las lleven y las revisen. Ha aumentado la población de serpientes candelilla, boa y otras especies no venenosas porque la gente las está conservando, protegiendo.

En la sede del Serpentario en la Estación Ecológica Las Guartinajas se tiene un camaleón que como es una especie que no es de Colombia no puede ser liberado.

El Serpentario mantiene alguna en la sede, primero para educar a los visitantes y también para que los veterinarios la valoren, le quiten los parásitos y posteriormente liberarla. Ha sido tanto el conocimiento que tienen los campesinos de la candelilla que ya piden que las liberen en el mismo espacio donde son capturadas.

“Este sitio tan maravilloso nos va ayudar no solo a proteger y conservar sino a encontrar posibles usos del veneno no solo de serpientes sino también de artrópodos que tienen algunos venenos de importancia médica. Vamos avanzando en eso, son estudios largos que requieren mucha tecnología, mucho análisis y esperamos tener pronto unas moléculas que nos sirvan para aumentar la calidad de vida de nosotros, la especie humana”, agregó César Quiroga.