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Por Óscar Melendres Garcés

Buenavista tiene por estos días la visita de centenares de artistas provenientes de diferentes municipios, departamentos y países. Estos visitantes, ilustres por demás, nutren con su presencia y sus actuaciones la historia de un festival que nació en esta tierra y que conmemora su versión número 22.

Buenavista está de fiesta. Por doquier brota la alegría y para notarlo solo es necesario mirar a los ojos a quien te encuentras a tu andar por las calles de este municipio que desde ya se comienza a proyectar como la ventana cultural del San Jorge.

Varios aspectos confluyen esta vez para que se esté llevando a cabo una de las mejores versiones de este certamen. La actitud de cada buenavistero en procura de que los visitantes se lleven la mejor impresión de nuestra tierra, el apoyo decidido por parte de la alcaldía Municipal y la calidad de los grupos participantes son algunos de esos aspectos.

Festival Nacional de Mapalé y Música Folclórica 2021. El Festival de la reactivación social, económica y cultural. El festival del reencuentro de los buenavisteros con sus eventos, con sus manifestaciones y con sus costumbres. El reencuentro con viejos amigos que han sido fundamentales en todo este proceso de posicionamiento de un certamen que identifica a nuestra tierra.

Indudablemente es un festival diferente. Pienso que todos los propios y visitantes coincidimos en esta opinión. Los demás lo miran desde todas las perspectivas posibles. Para mi es diferente porque estoy viviendo la tortura de un dolor enorme. Cada momento de la agenda del festival, cada lugar de su realización me genera una especie de laceración que va mucho más allá del dolor físico. Es una rasgadura en el alma de un padre que no encuentra sosiego ante la pérdida irreparable de una hija que vivió acompañándolo en las buenas y en las no tan buenas.

Buenavista está de fiesta, yo estoy involucrado en medio de ella, pero la multitud, el golpe alegre del tambor y la cadencia de las danzas no me logran abstraer de este sentimiento que me corroe hasta los tuétanos. A mi manera estoy viviendo el Festival, estoy contribuyendo a su crecimiento y estoy respondiendo a las exigencias propias de un certamen al que cada buenavistero y muchas personas de otras partes han ayudado a crecer.

Desde esta tribuna quiero agradecer a todos por su apoyo y por su acompañamiento. De verdad han podido evitar que me desplome en medio de un Festival que celebra la vida después de una pandemia. Yo lloro a mi hija y por eso estoy viviendo un festival diferente

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