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ExSecretario de Cultura de Buenavista. Gestor cultural.

Por Óscar Melendres.
Indudablemente Buenavista es un territorio que cuenta con una inmensa diversidad hídrica. Río San Jorge, Ciénagas de El Arcial, Las Marías y Los Zambos y además un gran número de arroyos y quebradas. Esta realidad genera valores agregados a los suelos que se extienden en valles fértiles a los que el hombre le ha sabido sacar provecho.

Durante el presente mes hemos visto cómo los habitantes, sobre todo, de la zona ribereña han tenido que sufrir las consecuencias de un invierno que arreció y de manera, casi que, imprevista dejó al descubierto la fragilidad y la vulnerabilidad de una población que se caracteriza por vivir de la pesca y de la agricultura.

Fenómenos cíclicos como los naturales, dicen los abuelos que, cada vez son más fuertes y cada vez dejan consecuencias mayores. Afirman también, los de mayor edad, que la naturaleza siempre advierte, solo que en la gran mayoría de las veces el hombre hace caso omiso a dichas advertencias, no presta atención y lo más importante, no le apuesta a la prevención de las consecuencias a causa de las acciones de la naturaleza.

Es casi imposible pensar que las arcas del erario público en un municipio de sexta categoría, como Buenavista, podrá financiar las obras de prevención que se requieren para evitar de manera definitiva las inundaciones que padecen comunidades como Puerto Córdoba, Manzanares, Santa Clara, Coyongo, Los Zambos y otras. Son obras de gran envergadura que requieren un gran músculo financiero para su ejecución.

Es imperativo que la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo genere los estudios técnicos, de prefactibilidad y de factibilidad que requiere la ribera del río San Jorge a fin de determinar la financiación de las obras que se necesitan para brindar la certeza de que el afluente verdaderamente es un amigo de quienes habitan a su paso.

Pero, es necesario también que se avance en el tema de la realización de los trabajos requeridos. No podemos quedarnos tranquilos esperando algunos años a que nos den la triste noticia de que la vereda Manzanares desapareció por las fuerzas del río San Jorge. Recordemos que esta es una de las comunidades con mayor vocación productiva en sus suelos.

Estamos viviendo una de las épocas invernales de mayor fuerza en los últimos años. Los abuelos manifiestan que la naturaleza advierte. La invitación es a que, ojalá, en la mayor brevedad se decida por parte de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo a apostarle a la inversión necesaria en las obras definitivas para evitar las inundaciones que de manera anual se dan en nuestro territorio.

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