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Tierralta, Córdoba. Llevan 13 años cultivando cacao, pero se han dado cuenta que los rendimientos que tienen sus cultivos son menores con referencia a lo que obtienen en otros territorios. Por eso, una de las principales esperanzas que tienen los miembros de la Asociación de Guardabosques del Alto Sinú V-10 es aumentar su producción.

Hoy, en promedio, los 185 asociados de V-10 obtienen entre 400-600 kilos por hectárea cada año, rendimientos bajos comparados con otros en territorio colombiano que sobrepasan los mil kilos por hectárea al año.

Flavit López Arrieta, representante legal de la Asociación, afirma que en la organización se han dado cuenta que, aunque el cultivo del cacao tiene sus ventajas, se requiere de tierras fértiles y en el caso de Tierralta hay zonas en las que tienen sembrado el cultivo de cacao, que no son tan buenas para eso, de allí, la intención de diversificar la producción con otro cultivo, el aguacate.

Los cacaocultores de Tierralta quieren mejorar los rendimientos de sus cultivos.

Han mejorado, pero aún falta

Ellos como organización han mejorado sus procesos, se han capacitado, han recibido apoyo de diferentes entidades, y han logrado obtener apoyo estatal a través del programa de Alianzas Productivas, y gracias a este pudieron conseguir un aliado comercial, Compañía Nacional de Chocolates, que hoy le compra la producción total de los asociados a V-10 y también de otros productores que llevan su producto a la Asociación.

Antes de que se consiguiera esa comercialización la venta la realizaban a sitios de negocios en la zona urbana de Tierralta, y ‘ponían la cabeza’ porque no había estabilidad en los ingresos y no les pagaban el precio justo, hoy la situación es diferente. El valor que reciben por kilo está ajustado al precio nacional e internacional.

Flavit López Arrieta, representante legal de la Asociación de Familias Guardabosques del Alto Sinú V-10

“Aquí no existía cultura de cacao. Tenemos varias capacitaciones que hemos recibido de Agrosavia, Fedecacao, Sena, de Alianzas Productivas, de Usaid, pero aún creemos que nos falta, por eso, de este proyecto de Agrosavia esperamos que se fortalezca el campo desde el punto de vista tecnológico, de producción, de calidad, unir fuerzas con las instituciones para que de esa manera todos podamos progresar y mejorar las condiciones de los cultivos y tener mayor producción, mejorar la comercialización y si es posible exportar”, comenta Flavit López.

Enfrentar fenómenos

Los asociados también quieren aprender a mitigar los efectos del cambio climático, ya que el exceso de lluvias o la falta de esta perjudica el cultivo.

El año pasado, por ejemplo, la producción bajó 20 toneladas comparando los resultados de 2021. En 2021 comercializaron 66 toneladas y en 2022 tan solo 46 toneladas, ya que el exceso de agua que trajo ‘La Niña’ afectó los cultivos y se bajaron los rendimientos.

La organización recibe el nombre de V-10 porque de ella hacen parte productores de las veredas Manantiales, Tuis Tuis, Caña Fina, Oscurana, El Loro, Alto Tay, Alto Arenal, Mochón, Venado Real, Murmullo.

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