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Bogotá. El debate sobre el aumento del salario mínimo en Colombia para 2025 inicia oficialmente mañana 3 de diciembre, y las posturas de los sectores empresarial y sindical evidencian que se trata de una discusión difícil de cerrar. Mientras que algunos representantes del sector empresarial proponen un aumento del 6,1 %, otros sindicatos exigen incrementos de hasta el 10 %.

Entre 2004 y 2023, el salario mínimo en Colombia creció a una tasa promedio de 6,75 % nominal anual, lo que se traduce en un crecimiento real promedio de 1,63 % en comparación con la inflación del año anterior. Con una expectativa de inflación para finales de 2024 de 5,1 %, un aumento del salario mínimo de acuerdo con estimaciones de Dapper, no debería ser superior al 7%. Este incremento implicaría un crecimiento real de 1,8 %, lo que superaría el promedio histórico. Cabe destacar que el salario mínimo de 2023 creció a una tasa real ex-ante de 2,54%, tomando en cuenta una medición preliminar de Dane sobre un crecimiento de 0,76 % en la productividad laboral por hora trabajada.

De acuerdo con José Linares, cofundador de Dapper “Comparado con otros países de la Ocde, el salario mínimo en Colombia es uno de los más altos en relación con el salario mediano, con una relación del 91,34 %. Esto limita el espacio para aumentar el salario mínimo por encima del crecimiento de la productividad y los salarios, especialmente considerando que una gran parte de la población gana menos del salario mínimo, es decir se encuentran en la informalidad”.

Distribución salarial

A nivel local, los datos de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (Geih) entre enero y agosto de 2024 muestran que el salario mínimo en Colombia (COP 1.300.000) representa el 76% del salario promedio (aproximadamente COP $1.710.000). La mayoría de los trabajadores que ganan por debajo de un salario mínimo son trabajadores autónomos. El 74,5% de estos trabajadores ganan entre 0 y 1 salario mínimo. Este tipo de contrato está estrechamente relacionado con la informalidad laboral, lo que significa que muchos de estos trabajadores no cotizan a pensión ni salud, y no están protegidos por marcos laborales que garanticen condiciones dignas de trabajo.

Además de la alta proporción de trabajadores autónomos que ganan menos de un salario mínimo, el 67,5% de los trabajadores domésticos también se encuentran por debajo de este umbral. “Estas cifras muestran una situación preocupante sobre la capacidad del salario mínimo como herramienta de protección social, especialmente cuando los trabajadores con contratos menos formales ganan menos de un salario mínimo. Es relevante señalar que el 22,1% de los trabajadores con contrato formal ganan menos de un salario mínimo, mientras que el 28,2% recibe exactamente un salario mínimo. Esto indica que una quinta parte de la fuerza laboral con contrato directo sigue en la informalidad, fuera de las protecciones ofrecidas por el sistema de seguridad social”, añadió Linares.

Aumento del 7% para 2025

En este contexto, el salario mínimo para 2025 no debería aumentar a una tasa superior al 7%. De lo contrario, se corre el riesgo de aumentar los costos operacionales de las empresas formales y de convertir el salario mínimo en una barrera de entrada para los trabajadores jóvenes e informales. La medida debe considerar los efectos sobre el empleo, la informalidad laboral y el poder adquisitivo de los trabajadores en los sectores más vulnerables de la economía.

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