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Bogotá. El campo colombiano no paró durante la pandemia, prueba de ello es que a pesar de las restricciones tomadas para frenar los contagios de Covid-19, los productores del campo proporcionaron los alimentos que llegaron a las mesas de los colombianos.

Una óptima protección y una inteligente nutrición de los cultivos es clave para que los agricultores contaran con cosechas sanas y suficientes para los colombianos. “La competitividad de la industria de la nutrición y la protección de los cultivos es clave para el desarrollo sostenible de la agricultura en Colombia”, explica Luis Fernando Martínez, presidente de la junta directiva de la cámara Procultivos de la Andi.

Según las cifras consolidadas por Procultivos, las ventas nacionales de esta industria sumaron 1.817 millones de dólares en 2020, mientras que sus exportaciones alcanzaron 538 millones de dólares y aportó 236 millones de dólares en impuestos. Estas cifras representan un crecimiento de 3 % en 2020 para la industria de protección y nutrición de cultivos.

“Necesitamos seguir conectando a Colombia con los estándares internacionales regulatorios, para que en materia de protección de cultivos logremos combatir las plagas que amenazan a los cultivos, y para que en materia de nutrición sigamos logrando mejores cosechas”, sostiene María Helena Latorre, directora de la cámara Procultivos Andi.

La industria de protección y nutrición de cultivos también apoyó la protección de puestos de trabajo en medio de la pandemia. En 2020, este sector contó con 5.400 empleos directos y 55.000 indirectos. En Colombia hay 13 plantas de producción de insumos para la protección y nutrición de los cultivos.

Apoyo a los agricultores

La pandemia no fue impedimento para que Procultivos Andi atendiera con sus programas CuidAgro y Mentes Fértiles a los productores del campo en Colombia. Por supuesto, adaptó sus jornadas según las recomendaciones de bioseguridad y, además, incursionó en las capacitaciones remotas para adaptarse a la nueva realidad.

“En 2020 logramos que CuidAgro y Mentes Fértiles penetraran, a pesar de la pandemia, el país, incluso de manera remota y a distancia para interactuar con los agricultores”, afirma María Helena Latorre. En suma, más de 10.000 actores del campo fueron capacitados, de manera directa e indirecta, con los programas de Procultivos.

CuidAgro entrega las herramientas para que los productores hagan una óptima protección de los cultivos de plagas, malezas y enfermedades; mientras que Mentes Fértiles se encarga de brindar los conceptos necesarios para su óptima nutrición, lo que se traduce en cosechas con mayor productividad y mejor calidad. “Esta es una industria responsable que está motivada para seguir creciendo y que es un motor de la economía colombiana”, asegura Luis Fernando Martínez.

En Córdoba

En el departamento de Córdoba la Andi impactó a 66 personas entre apicultores y agricultores con los cuales se buscó que trabajen en llave porque ambos se necesitan.

Desde Procultivos de la Andi se verificó en campo la actividad que realizan los apicultores y agricultores  para establecer un plan de acción conjunto, en pro de las dos actividades y del cuidado de las abejas.

Al final, evalúan fundamentalmente actitudes, trabajo conjunto, conocimientos y decisiones de unión entre los productores del campo beneficiarios.

Los beneficiarios reconocen la importancia de interactuar con su actividad opuesta (apicultor-agricultor) incluso de generar un plan articulado y coordinado, con el objetivo de intercambiar información sobre sus cultivos, especialmente para evitar las aplicaciones en épocas de floración, además destacan la importancia de replicar la información recibida en la jornada a su comunidad o demás vecinos de sus cultivos.

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