Nueva propuesta de producción para el algodón
Cereté. La cooperación no es solo válida para los hombres, también las plantas se ayudan. Y un ejemplo de ello son los buenos resultados obtenidos en la asociación del cultivo del algodón con el maíz en ensayos realizados en Cereté, inicialmente.
Los cultivos asociados es lo más parecido a los ecosistemas (interacción de varios individuos que crean una relación solidaria entre ellos para beneficio mutuo), son más amigables con el medio ambiente, generan empleo rural y son sostenibles económicamente, la afirmación es del ingeniero agrónomo Alejandro Polo Montes, quien es el Profesional Misional zona Caribe Húmedo (Córdoba y Sucre) para el Proyecto +Algodón, iniciativa de Cooperación Sur-Sur Trilateral entre el gobierno de Brasil, la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO) y cinco países socios, entre ellos Colombia.
En Córdoba y Colombia históricamente el algodón se ha sembrado solo. Pero desde el año 2017 la FAO, queriendo apoyar a los pequeños agricultores de este cultivo en Colombia, empezó a trabajar en la implementación de este modelo que logró materializarse en septiembre de 2019, cuando se inició la siembra en un predio de Cereté.
En el modelo hay un cultivo principal y uno o más cultivos colaborativos que

Alejandro Polo Montes
sirven de atracción para la fauna benéfica, y esta se convierte en control biológico para la plagas del cultivo principal. El modelo de producción agrícola para el algodón asociado con maíz, también incorpora conceptos de seguridad alimentaria y nutricional, disminución del impacto ambiental y generación de empleo rural para hombres, mujeres y jóvenes.
Mejor asociado que solo
Los logros obtenidos en los ensayos realizados en predios de agricultores de Cereté, primero, y que posteriormente fueron replicados en San Carlos y Ciénaga de Oro en Córdoba y Ovejas y Sampués en Sucre hablan por sí solos. Gastaron menos recursos y obtuvieron las mismas producciones que con el monocultivo.
El modelo se inició en predios del agricultor Wilson Ramos en la cosecha algodonera 2019-2020, un modelo productivo que asocia al maíz y al algodón durante una misma campaña (cultivo asociado o intercalado), ofreciendo beneficios para el agricultor a nivel de costos, control y manejo de plagas, y rendimiento.
Esta iniciativa tiene como objetivo disminuir los costos de producción a través del cambio de sistema desde un monocultivo a un ecosistema de cultivos asociados, para la utilización de auxiliares biológicos tanto al suelo como al follaje.
“Producto de este asocio también se han mejorado las propiedades físicas del suelo, este asocio permite cubrir el suelo con un manto de residuos orgánicos del cultivo anterior, lo que permite una mayor retención de humedad que el suelo descubierto. Dentro del manejo convencional de la tierra, los residuos orgánicos del cultivo anterior se quemaban antes de plantar el siguiente cultivo. Con este modelo de producción, ahora se conservan para formar el mantillo que cubre el suelo”, afirma Polo Montes.
Mejoran el suelo
El asocio de cultivos, cultivos intercalados y cultivos de cobertura son prácticas de conservación que mejoran la estructura de suelo, mejoran rendimientos al aumentar la disponibilidad de nutrientes, maximizando la eficiencia, y protegen el suelo de las condiciones climáticas, reduciendo la erosión, evaporación y perdida de nutrientes.
“Desde el punto de vista ambiental, se aplicaron menos fertilizantes y fungicidas, se mejoró el estado del suelo al reincorporar el rastrojo de maíz y se promovió la llegada de fauna benéfica para el algodón. Este modelo probó ser adecuado y estar adaptado para la realidad de los agricultores familiares del Caribe húmedo en Colombia”, asegura Alejandro Polo.
El objetivo es que los pequeños agricultores de algodón de Córdoba le apunten al asocio de cultivos para su seguridad alimentaria, para que toda la familia se vincule al cultivo y por supuesto, para contribuir con la mejora del medio ambiente.