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Foto: Muestras de Estudiantes de la Universidad Jorge Tadeo de plástico con material biodebradable

Bogotá. En un esfuerzo por combatir la creciente crisis de contaminación plástica, Colombia se encuentra en medio de una ambiciosa iniciativa que busca que todos los plásticos de un solo uso en el mercado sean reutilizables biodegradables y/o compostables para el año 2030. Esta iniciativa se basa en la alarmante realidad presentada por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) que asegura que el plástico representa el 85% de los residuos que llegan a los océanos, dado que, de los 8.300 millones de toneladas métricas de plástico producidas, 6.300 se han convertido en desechos plásticos y solo el 9% ha sido reciclado.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se estima que para el 2050 la cantidad de basura plástica en vertederos y el medio ambiente alcanzará los 12 mil millones de toneladas, ya que la mayor parte de este material termina en sitios de disposición final y contaminando ecosistemas.

En respuesta a esta problemática, Colombia ha dado pasos importantes hacia la gestión sostenible del plástico, como la prohibición de plásticos de un solo uso en áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales, la implementación del código de colores para la separación de residuos en la fuente (blanco, negro y verde), y diferentes proyectos piloto para la gestión de envases y empaques bajo la Ley 2232 de 2022 – Reducción gradual de la producción y consumo de ciertos productos plásticos de un solo uso, con el objetivo de proteger el medio ambiente y disminuir la generación de residuos.

La Ley 2232 y sus desafíos

Si bien la ley, que busca la prohibición, la fabricación, comercialización y uso de plástico, que deberá sustituirse por otros más sostenibles, ha sido recibida con diferentes perspectivas, pues esta transición impacta a todos los actores sociales.

Nicolás Piñeros, profesor de la Facultad de Ciencias Naturales e Ingeniería de la Universidad Tadeo Lozano y experto en el desarrollo de bioplásticos para la sustitución de plásticos de un solo uso, afirma que “la ley presenta una estructura sólida, pero ha enfrentado desafíos debido a la falta de comunicación acertada con el sector productivo que será afectado directamente con la implementación de la ley”. El experto destaca la necesidad de involucrar una mayor cantidad de expertos del sector académico e industrial para una mejor comprensión y ejecución de la norma, y brindar nuevas alternativas al sector empresarial del país.

Avances y desafíos en Colombia

Regulación de la producción y consumo del plástico de un solo uso: Colombia está dando sus primeros pasos en la producción de bioplásticos. Desde 2022, existe una ley que define términos técnicos para la migración progresiva de la producción y consumo del plástico de un solo uso, pero el desarrollo industrial es limitado. Se requiere establecer una hoja de ruta que incluya a la academia, el Estado y el sector empresarial para buscar soluciones a futuro.

El sector empresarial enfrenta retos significativos debido a esta ley. En Colombia, hay alrededor de 750 empresas productoras de plástico que generan 2.7 millones de toneladas anuales de este material y cerca de 220.000 empleos directos, lo que genera preocupación en este sector.

Según Piñeros, la relación entre el sector empresarial y el sector académico está en desarrollo y el Estado debería ser el eje que articule proyectos, financie y muestre los beneficios de trabajar juntos. “El Estado debería ser el eje donde todas las fuerzas confluyen, proponiendo proyectos, dando financiación y mostrando al sector industrial los beneficios de trabajar con la academia” subraya.

Materias primas y desarrollos industriales

Alrededor del 99% de los plásticos se fabrican a partir de petróleo crudo. Según la petrolera BP, las reservas actuales de crudo en el planeta son 1.687,9 millones de barriles, lo que se espera dure unos 53 años a la tasa actual de producción, evidenciando que el recurso es finito y su disponibilidad disminuye.

Para Nicolás Piñeros, “nosotros, como colombianos, ¡ya estamos obligados a transitar la vía de los bioplásticos si queremos ser competitivos en esa área porque se nos acaba el petróleo!”

Si bien existen plásticos biodegradables derivados del petróleo, son costosos y su uso está limitado a aplicaciones técnicas específicas, no a productos de consumo masivo. Con la creación y puesta en marcha de la ley, los plásticos biobasados y biodegradables, es decir, derivados de fuentes naturales como almidones de tubérculos, se convierten en una potencial solución al problema.

La mayoría de los bioplásticos comerciales en Colombia son importados, lo que eleva sus costos y dificulta su competitividad frente a los plásticos convencionales de bajo costo. “Aún se necesita un mayor desarrollo industrial para producir bioplásticos de manera competitiva”, puntualiza.

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