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Bogotá. En vísperas de la fase final de las negociaciones del Tratado Mundial de las Naciones Unidas para Acabar con la Contaminación por Plásticos (INC-5.2) -que se celebra del 5 al 14 de agosto en Ginebra (Suiza)-, un estudio encargado por la Coalición Empresarial por un Tratado Mundial sobre Plásticos y realizado por la consultora Systemiq refuerza la urgencia de finalizar las negociaciones, que tienen el potencial de concebir el acuerdo más significativo desde el Acuerdo de París de 2015.

Según el estudio, si no se toman medidas ahora y se mantiene el escenario actual, la cantidad de residuos plásticos mal gestionados casi se duplicará en 2040, mientras que se espera que el volumen total de residuos plásticos generados aumente un 68% en el mismo periodo. Además, se prevé que la demanda de plástico virgen crezca hasta un 50% con respecto a los niveles de 2019.

Sin embargo, la investigación muestra que con normas mundiales que aborden el ciclo de vida completo del plástico, el volumen anual de plástico mal gestionado podría disminuir en un 90 % para 2040. También podría reducirse la demanda de producción de plástico virgen en un 30% en el mismo año, en comparación con 2019, limitando el uso innecesario y adoptando el diseño para el reciclaje y modelos de negocio circulares.

“Estamos una vez más en un momento decisivo para el futuro del planeta. El acuerdo no solo ayudará a abordar eficazmente la contaminación por plásticos, sino que también aportará mayores beneficios económicos que el escenario sin cambios, con un ahorro público acumulado estimado de 200.000 millones de dólares entre 2026 y 2040. Esto es especialmente importante teniendo en cuenta que los costes de gestión de residuos ya suponen una carga significativa para las autoridades locales, representando entre el 10 y el 20% de los presupuestos municipales en países de renta baja y media como Brasil”, afirma Luisa Santiago, directora ejecutiva para América Latina de la Fundación Ellen MacArthur.

La transición justa es una prioridad para América Latina y el Caribe

Colombia ha venido destacándose como uno de los países líderes en América Latina en el propósito de adoptar procesos de circularidad y promover el desuso del plástico de un solo uso, tanto así que, a través de la Ley 2232 de 2022 el país logró la eliminación de siete productos plásticos de un solo uso, con el objetivo de prohibir la fabricación, importación, exportación, comercialización y distribución de este tipo de plásticos en el territorio nacional.

“Ejecutar iniciativas ya sea de carácter público o privado, que propendan por la eliminación del plástico de un solo uso, nos permite unirnos en el mismo propósito de hacer cambios reales en los procesos de producción que generen un impacto positivo al medio ambiente, por esto, desde la Fundación Ellen MacArthur destacamos la labor que Colombia ha venido desempeñando con su ejemplo en América Latina, descifrando acertijos y enfrentando desafíos con un camino concreto, en la búsqueda de enfrentar la contaminación plástica y construir un nuevo mercado de plástico basado en la economía circular”, afirma Pedro Prata, gerente senior de Políticas y instituciones para América Latina de la Fundación Ellen MacArthur.

Es importante destacar que según la ONG WWF, en Colombia se generan aproximadamente 700.500 toneladas de envases y empaques plásticos al año, pero solo el 30 % se recicla. Esta situación ha llevado al Gobierno Nacional a implementar, desde 2019, una estrategia nacional de economía circular para promover un modelo económico más sostenible, sin embargo, lograr un tratado global podría generar cambios significativos en cuestión del uso del plástico.

De igual forma, para la región de América Latina y el Caribe, la transición justa es un punto clave del Tratado sobre el Plástico. El estudio muestra que las regiones con infraestructuras en desarrollo necesitarán invertir en la ampliación de sus sistemas de gestión de residuos, lo que supondrá un gasto público adicional de 50.000 millones de dólares en comparación con el escenario actual.

Sin embargo, esta transición representa una inversión con importantes beneficios. La adopción del Tratado podría generar un ahorro anual de 1.000 millones de dólares solo en la gestión de residuos plásticos, reduciendo significativamente los costos para los gobiernos de América Latina y el Caribe.

Empresas instan a la finalización del Tratado sobre los plásticos

Reforzando el interés del sector privado por finalizar el Tratado Mundial, más de 290 empresas -entre ellas gigantes como Coca-Cola, SC Johnson, Walmart, Nestlé, PepsiCo y Unilever-, junto con instituciones financieras y ONG, han firmado una carta abierta dirigida a los negociadores del tratado, en la que subrayan la urgencia de un acuerdo ambicioso y armonizado a escala mundial.

Las empresas abogan por que el tratado incluya obligaciones en ámbitos como la eliminación de plásticos problemáticos, criterios globales de diseño y sistemas de responsabilidad ampliada del productor (RAP). Para los firmantes, estas medidas no sólo son esenciales para hacer frente a la crisis medioambiental, sino que también generan valor económico, social y medioambiental al reducir costes, impulsar la innovación y fomentar la conciencia reguladora entre los países.

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