Muere el algodón

El alto potencial que tiene Córdoba para producir algodón no se está aprovechando.

En 792 mil hectáreas (ha) de Córdoba se puede sembrar algodón.  De ese total 451 mil 122 ha, según la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra), tienen alta aptitud para sembrar ese producto.

Poco se está aprovechando ese terreno. En la cosecha 2020-2021 se sembraron en Córdoba 4 mil 131,9  hectáreas en 8 municipios. Por ejemplo, Montería que tiene 157 mil 304 hectáreas de alta aptitud para sembrar, solo usó 122,7 hectáreas en la cosecha que se recogió a principios de este año. 

Con alta aptitud le siguen Lorica, San Pelayo, Ciénaga de Oro, Cereté, Planeta Rica, Valencia, San Carlos, Pueblo Nuevo, Chimá, Puerto Escondido, Los Córdobas, Tierralta y San Bernardo del Viento. En el resto de municipios también se puede sembrar solo que tienen menos áreas aptas para el cultivo. Solo San José de Uré no tiene tierras uno A para el algodón en Córdoba.

 “El invierno no dejó sembrar en la cosecha que pasó y los costos de producción muy altos, principalmente semillas transgénicas y fertilizantes. También los altos niveles de plagas principalmente el picudo han hecho que se reduzca notablemente la productividad”, explica  Fernando Ramos Flórez, algodonero de Córdoba y miembro de la junta directiva de Conalgodón.

Las pérdidas acumuladas por años, más la ausencia del precio mínimo de garantía que se les sostuvo al productor por parte del gobierno durante casi diez años, han ido disminuyendo el área sembrada opinan otros productores y eso que la compra es garantizada en su totalidad, solo que como se depende del precio internacional no hay certidumbre de a cómo lo venderán. 

El año pasado un productor de algodón debía destinar entre 4,7 y 5 millones de pesos para sembrar una hectárea de algodón y los precios que estuvieron en la cosecha 2019-2020 en la mayoría de los meses estuvo en 5 millones 100 mil pesos. Eso significa que la ganancia que iban a tener quienes sembraran para la cosecha 2020-2021 era poca o nula. De ahí que de una cosecha a otra en Córdoba se redujo el área sembrada de 6 mil 109 ha a 4 mil 131,9 ha.

Gobierno, gremio y productores deberán analizar cómo se logra que este cultivo que ocupaba importante mano de obra no se extinga definitivamente en el Departamento como le ocurrió al sorgo.