Más allá del mito: la ganadería no causa deforestación, impulsa recuperación
Bogotá. Diversos estudios internacionales y nacionales coinciden en que la ganadería no es, en la mayoría de los casos, el detonante inicial de la deforestación en Colombia. Por el contrario, se trata de una actividad que suele establecerse posteriormente sobre áreas ya deforestadas, como parte de procesos de ocupación y consolidación del territorio (FAO, 2018; Ideam, 2023).
Así lo afirmó José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), quien advirtió que “señalarla como causa principal sin diferenciar dinámicas territoriales puede llevar a diagnósticos incompletos y a políticas públicas poco efectivas”.
Factores estructurales de la deforestación
De acuerdo con documentos del Ideam, el DNP y la plataforma Ipbes, la pérdida de bosque en la Amazonía colombiana está asociada principalmente a factores estructurales como:
- Acaparamiento y especulación de tierras
- Apertura ilegal de vías y carreteras
- Débil gobernanza y control del uso del suelo
- Procesos de colonización no planificada
- Presencia de economías ilegales y conflictos por la tierra
En este contexto, explicó Lafaurie Rivera, los tenedores de ganado introducen novillos después de la tala del bosque, como una estrategia de ocupación de bajo capital que permite mantener el uso productivo del suelo y, en muchos casos, justificar la posesión del predio. “La ganadería extensiva aparece entonces como una consecuencia de la deforestación y no como su origen estructural” (Murillo et al., 2020).
Ganadería sostenible: una alternativa
El dirigente gremial subrayó que no toda la ganadería es igual. La literatura técnica demuestra que sistemas sostenibles y silvopastoriles pueden:
- Incrementar la cobertura arbórea en paisajes productivos
- Mejorar la conectividad ecológica
- Reducir la presión sobre el bosque natural
- Capturar carbono en suelo y biomasa
- Aumentar la productividad por hectárea, reduciendo la expansión horizontal
“Penalizar indiscriminadamente la actividad ganadera puede generar el efecto contrario al deseado: informalidad, desplazamiento productivo y pérdida de oportunidades de transición hacia sistemas sostenibles”, advirtió el dirigente gremial.
El verdadero enemigo: el crimen organizado
El presidente de Fedegán también reveló un informe de InSight Crime que alerta sobre la presencia de organizaciones criminales en la Amazonía. Según el documento, mineros ilegales, narcotraficantes, madereros y cazadores furtivos avanzan cada vez más en la selva, afectando tanto al medio ambiente como a pueblos indígenas no contactados.
La investigación señala que grupos como el Comando Vermelho y el PCC en Brasil, así como el ELN y las disidencias de las Farc en Colombia, invaden territorios indígenas y promueven actividades ilícitas que impulsan la deforestación. La minería ilegal, en particular, se ha convertido en la amenaza de más rápido crecimiento, contaminando ríos con mercurio y generando violencia armada.
Acciones de Fedegán
Manuel Gómez Vivas, director de Sostenibilidad de Fedegán, recordó que el gremio lleva más de 15 años impulsando la ganadería sostenible. Entre los proyectos destacados está la iniciativa “Economía por servicios y productos no maderables del bosque en predios ganaderos”, implementada en el Meta con apoyo de la cooperación alemana GIZ.
En 40 predios se sembraron más de 20.000 árboles, se conservaron 4.251 hectáreas de bosque y se restauraron 662 hectáreas. Además, se identificaron productos no maderables del bosque como alternativas de negocio para las familias rurales.
Fedegán y cerca de 50 empresas del sector también son firmantes de los Acuerdos Cero Deforestación, y actualmente apoyan el proyecto de ley sobre Ganadería Sostenible y Libre de Deforestación, que busca fortalecer la trazabilidad y garantizar la no deforestación como principio rector de la actividad bovina.











