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Bogotá. Colombia se encamina hacia un horizonte más sostenible, donde las energías renovables y una conciencia ambiental renovada llama a todos los sectores productivos a sumarse a una transformación. En este camino, la industria de la madera está llamada a ser un pilar estratégico de la transición energética de Colombia. Así lo ha reconocido el Conpes 4129 aprobado en diciembre de 2023 en donde se han identificado cuatro apuestas estratégicas intersectoriales del orden nacional, una de ellas de transición energética justa.

La madera a través del cultivo y tratamiento de biomasa forestal representa una ventana de oportunidad hacia una Colombia menos dependiente de los combustibles fósiles; es una alternativa sostenible y eficiente para reemplazar las centrales de energía que, tradicionalmente, han sido impulsadas por recursos no renovables como el carbón mineral, el gas o los combustibles líquidos.

En la búsqueda continua de soluciones sostenibles, se destaca la utilización de fuentes renovables como una estrategia fundamental para maximizar el potencial energético inherente a la madera. Un ejemplo concreto es la biomasa, que se presenta tanto como un valioso subproducto de la industria maderera, así como un tipo de cultivo forestal especializado para la producción de cosechas que ya en nuestro país se alcanzan a los tres años de edad. Este recurso aprovecha los residuos generados durante los procesos de transformación de la madera, transformándolos en una fuente de energía renovable, así como las plantaciones forestales de eucaliptos destinadas para este propósito.

El potencial de la madera

De acuerdo con la Federación Nacional de Industriales de la Madera (Fedemaderas), la biomasa forestal es un insumo fundamental en cuestiones de bioenergía, ya que puede alimentar diferentes procesos y servicios. El 77% de los gases efecto invernadero producidos en el mundo corresponden a dióxido de carbono, el cual a su vez es empleado en un 73% para la generación de energía en los procesos productivos de diversos sectores (24% para industrias, 16% para transporte y 17% para construcción). Por su parte de los poco más de 3.900 millones de m3 que el mundo produce de madera seca, la mitad es empleado para la producción de energía, lo cual ejemplifica una alta correlación y tendencia mundial entre la industria maderera y la alternativa de uso para modificar la matriz energética hacia una verdaderamente renovable.

La biomasa se encuentra en residuos agrícolas (rastrojos, malezas, cáscaras, huesos de frutas), residuos forestales (poda, bagazos, pellets, aserrín), residuos agroalimentarios (aguas de vegetación, desechos de industria ganadera o de producción de alimentos) o incluso residuos residenciales (desechos orgánicos).

De las plantaciones forestales se puede aprovechar la madera y los subproductos de esta para usarlos en la transición energética.

Para Juan Miguel Vásquez, director ejecutivo Nacional de Fedemaderas, la correcta utilización de los bosques deja productos, subproductos y residuos que son una fuente valiosa para la generación de energía, los incentivos a un mayor número de cultivos de plantaciones forestales comerciales atienden directamente la renovación de la matriz energética y la política de reindustrialización del país es tal vez la principal oportunidad para que confluya la economía forestal como un verdadero eje de la bioeconomía nacional.  Por ello Fedemaderas aportó comentarios al Conpes citado, resumidos estos en tres ideas fundamentales:

  • Las apuestas estratégicas de energías renovables y agroindustria deben vincular los proyectos tipo clúster de construcción sostenible, energía renovable y sistemas agroforestales desde la proveeduría y desarrollo industrial de la red forestal y de la madera.
  • Consecuentemente la política pública debe partir de un entendimiento integral de la certeza y seguridad en la proveeduría de materia prima, bien sea que esta provenga del bosque natural o de las plantaciones forestales comerciales, para que la industria a partir de ello se pueda desarrollar.
  • Por lo anterior no existirá en el país un desarrollo en la economía forestal si la política pública promueve e incluye aspectos de bioeconomía y en su interior de la red forestal y de la madera, sin que se garantice la proveeduría de la misma.

Beneficios ambientales

La industria de la madera y la generación de energía están estrechamente ligados con las metas de carbono neutro que las empresas, las instituciones y los países se han propuesto. Tal es el caso de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, que contemplan alcanzar la neutralidad de carbono en los próximos años.

“Una planta de generación de energía a partir de madera tiene la capacidad de producir energía los siete días de la semana, las 24 horas del día y ofrece la posibilidad de reemplazar la generación de centrales de energía basadas en carbón mineral, gas o combustibles líquidos. De esta manera, se logra el desplazamiento de tecnologías contaminantes. Además, presenta beneficios similares a los de la reforestación, como el uso de suelos pobres en fertilidad y la creación de corredores biológicos, promueve el desarrollo sostenible en las áreas rurales al incentivar la generación de empleo”, afirma Carlos Andrés López, presidente de Refocosta, empresa agremiada a Fedemaderas.

Una cita con la bioenergía

¿Qué falta para que la bioenergía a partir de la madera tenga un uso más extendido en Colombia? El presidente de Refocosta ha instado a los ministerios de Agricultura y de Minas y Energía a unirse a este propósito, pues la transición energética es una causa país y la industria de la madera tendría mucho que enseñar a otros sectores productivos, para así avanzar -de manera colaborativa- hacia este horizonte sostenible.

Ante un escenario global y nacional donde todos los actores de la sociedad están llamados a la transición energética, Fedemaderas se prepara para llevar a cabo su Segundo Congreso Nacional: ‘Comprensión, integralidad y certidumbre: desarrollo de los Clústeres Regionales de Bioeconomía’.

Desde su primera edición, el Congreso Nacional de Fedemaderas se ha convertido en un referente en el sector debido al abordaje responsable de diversos temas cruciales para la transformación y desarrollo sostenible.

Uno de los puntos destacados en la agenda del Congreso será el conversatorio “Desarrollo de Clústeres desde: la certeza del inversionista, el impulso de la construcción sostenible, y el desarrollo de las energías renovables”. Allí se contarán los avances de la incipiente industria de pellets, que está allanando el camino del carbón vegetal en el país, una materia prima inexistente hasta ahora en Colombia. Este proyecto no solo responde a una necesidad imperante de diversificación energética, sino que también se alinea con los esfuerzos internacionales para reducir las emisiones de carbono y avanzar hacia una economía descarbonizada.

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