Ley de Apicultura beneficia a apicultores, pero también a la biodiversidad y los ecosistemas
Redacción. Al convertirse en ley de la república “la Ley de Apicultura”” se constituye en herramienta para mejorar lo que hasta ahora tiene Colombia en materia apícola. Y no solo respaldará a los productores que desarrollan la labor, sino que también, es fundamental para la preservación de la biodiversidad y conservación de los ecosistemas.
Ya que donde hay plantaciones hay abejas porque ellas son las que se encargan de polinizar, es decir, son las que se encargan de transportar el polen al lugar adecuado de la planta para que germine o produzca semillas.
Esta Ley, autoría del senador Carlos Felipe Mejía, establece mecanismos para incentivar el desarrollo y fomento de la apicultura y de sus actividades complementarias e implementará las políticas públicas y ejecución de proyectos y programas que garanticen la protección de la apicultura, las abejas y los polinizadores como componente estratégico en la protección de los ecosistemas.
En esta ley juegan un papel esencial dos ministerios, el de Agricultura y Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Fomento y desarrollo apícola
El primero debe encargarse del fomento y desarrollo de la apicultura. En otras palabras, deberá actuar para que la producción apícola se fortalezca y se visibilice. Tiene un año, a partir de la entrada en vigencia de la ley, para establecer una política pública que permita el registro de apiarios, censo y actualización permanente de estos, así mismo, implementar mecanismos de financiación para los apicultores, fomentar la producción y consumo de productos apícolas.
Igualmente, el Ministerio de Agricultura además de fomentar la apicultura como componente de la agricultura, deberá desarrollar planes y estrategias de manejo, selección y mejoramiento genético que propenda por abejas sanas y productivas.

Con la nueva ley, las autoridades nacionales deberán ocuparse de averiguar sobre plagas y enfermedades que atacan a las abejas.
La producción apícola, lo mismo que ocurre con otras actividades del campo, deberá tener seguro para cubrir eventuales afectaciones, el Ministerio deberá promover la existencia de este tipo de seguros.
Identificar plagas y enfermedades
El ICA, autoridad sanitaria del país, también tiene su responsabilidad en esta ley de apicultura, deberá disponer de los instrumentos para que los productores puedan acceder a certificaciones en Buenas Prácticas Apícolas o Agrícolas. Y deberá fortalecerse la red de laboratorios de referencia donde se identifican plagas y enfermedades de las abejas.
Por su parte, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible liderará la protección ecosistémica de las abejas y los demás polinizadores y deberá expedir una guía de manejo y preservación de los nidos y enjambres de abejas.
Hasta el 2017, Córdoba era el principal productor de miel de abejas en Colombia, pero una mortandad de abejas en Tierralta, -situación de la que nunca se supo con certeza qué ocurrió, pero se presume que la causó la aplicación de insecticidas a cultivos cercanos- relegó al departamento al cuarto lugar.
Los apicultores en Córdoba han venido trabajando porque han contado con el apoyo de organizaciones nacionales y porque han aplicado para programas del ministerio de Agricultura, pero no porque haya una política establecida para ello.
En Colombia la producción apícola se concentra en los departamentos de Antioquia, Boyacá, Cauca, Córdoba, Cundinamarca, Valle del Cauca, Santander, Sucre, Vichada y Meta.