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Colosó, Sucre. El Cabildo indígena Zenú La Esmeralda en Colosó, que tiene dos importantes recursos naturales para hacer ecoturismo, conformó recientemente su organización para de manera formal poder prestar el servicio turístico a los visitantes colombianos que decidan conocer sus joyas más preciadas.

Crearon la Asociación Onné Colosó, a través de la cual después de llenar los requisitos que se exigen para la prestación de este tipo de servicio, poder comenzar a prestarlo para el cual se vienen preparando hace un año.

La vereda La Esmeralda en Colosó tiene dos importantes recursos naturales que sin duda son un atractivo para el turista que le gusta deleitarse con la naturaleza: La Reserva Forestal Coraza y salto El Sereno.

Reserva Forestal

Llegar a la Reserva Forestal Coraza es una verdadera travesía de caminata extrema, hay que pasar por muchas zonas empedradas, zona que es el lecho de las aguas que bajan desde lo más alto de la cima de Coraza parte integrante de los Montes de María. Y decimos que caminata extrema porque en muchas partes es necesario ayudarse con un bastón o caminar a gatas para poder seguir el camino hasta llegar a lo más alto de Coraza. Pero vale la pena, si quiere observar el pozo azul de aguas limpias que bajan de un ojo, que muchos no pueden ver, pero que ahí está ofreciendo lo mejor y más natural de la madre naturaleza.

Muy parecido es el salto El Sereno, pero con una travesía más fácil, aunque con una zona también alta en donde también encontrará agua limpia y fresca.

En el salto El Sereno además de disfrutar de un ambiente fresco, también se puede admirar la grandeza de la naturaleza.

Origen del nombre

El nombre de la Asociación es el nombre del Cacique de la etnia Onné Colosó que se ha conocido a través de la historia transmitida de generación en generación.

En Colosó abunda un recurso natural, que escasea en otras partes, el agua; aún en tiempos de sequía siempre hay un chorro dándoles agua. Sobre la existencia de tantos chorros de agua la historia la cuenta Álvaro Sulbarán de la siguiente manera: “Cuenta la historia que en la época del cacique Onné Colosó la familia indígena había acumulado grandes tesoros de oro por lo que no se preocupaban por cultivar y por el bien común, sino por la riqueza individual. Por eso, su dios los castigó quitándoles la lluvia. Tuvieron varios años de sequía. Cuando esta fue demasiado fuerte su dios les dijo que para volver a hacer llover debía existir una fuente donde la nube pudiera tomar el agua y derramarla sobre la región. Pero como todas las fuentes de agua estaban secas, lo único que quedaba era un sacrificio y este debía ser el de la doncella más hermosa y esa era la princesa hija de Onné.

Ella decidió sacrificarse, al hacerlo le imploró a su tribu que no le dieran más importancia al oro que al alimento. Al dios imploró el don de salir como fuente de agua de una roca para dar de beber a los cultivos y a su pueblo. Desde entonces, se ve salir desde cualquier barranco o poza un chorro de agua vertical, moviéndose con vida propia”, remata.

Para los amantes de las caminatas, el camino empedrado en La Esmeralda es un desafío para quienes gustan del ecoturismo.

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