Familias del sur de Córdoba protegen el bosque y le sacan provecho a la miel
Tierralta, Córdoba. Un total de 335 familias del sur de Córdoba implementan un modelo apícola y al mismo tiempo protegen 252 hectáreas para preservar el bosque, elevar sus ingresos y aportar a la construcción de la paz en el Alto Sinú a través del proyecto Rehabilitación – Apicultura Tierralta.
Las familias, conformadas por pequeños productores campesinos, afrocolombianos, indígenas y víctimas del conflicto armado, implementan un modelo productivo sostenible que contempla acciones de conservación de la biodiversidad para incrementar sus ingresos y mejorar sus condiciones de vida y la de sus familias.
En total se restauran 252 hectáreas de bosque en área de influencia del embalse de Urrá, con el fin de contrarrestar los procesos de degradación ocasionados por el uso indiscriminado del suelo. De la intervención se espera una disminución en las emisiones de gases de efecto invernadero al propiciar que la zona se convierta en un sumidero de CO2 (dióxido de carbono).
“Tenemos grandes expectativas con este proyecto por el que estamos luchando para que sea una realidad”, dice Washington Petro Espitia desde la vereda Angostura en el municipio de Tierralta, Córdoba, donde avanzan las labores para rehabilitar el ecosistema y así proteger la fauna, flora y fuentes hídricas de la zona.
“Me siento muy feliz de ser partícipe del proyecto, mi interés es motivar a mis compañeros a rehabilitar el bosque, ya que sabemos que se nos está acabando la fauna, la flora y el medio ambiente; porque lo que nosotros queremos es tener un sustento económico conservando el medio ambiente”, manifiesta a su turno Ludys de Los Reyes Vargas, beneficiaria en la vereda La Botella.

Los productores de las distintas veredes asistieron a talleres teórico-práctico sobre el manejo de las colmenas. Y las mujeres han sido activas en todo el proceso de aprendizaje del manejo de las colmenas.
También son apicultores
Estos guardianes del bosque también se ponen el overol de apicultor, pues mientras protegen la biodiversidad en el Alto Sinú, establecen un modelo de negocio sostenible consistente en 2.010 colmenas para la producción de miel, de las que ya se instalaron alrededor de 200 colmenas en los primeros meses de implementación.
Uno de los logros principales del proyecto es la creación de la Asociación Campesina de Apicultores del Alto Sinú (Sinumiel) para robustecer las capacidades administrativas, técnicas y financieras de las comunidades beneficiarias y potenciar el proceso de comercialización de la miel.
La iniciativa se lleva a cabo en 20 veredas distantes entre sí, razón por la que se vienen construyendo Centros de Recepción y Entrenamiento Apícola (Crea) con el fin de facilitar las actividades contempladas en el proyecto.
Los Crea cuentan con una zona amplia para el almacenamiento de la miel, una oficina y un espacio abierto para realizar capacitaciones, talleres y demás actividades de formación. Están ubicados en las veredas Batata, La Botella, Gilgal, Las Nubes y Jamaica. De los cinco Crea, dos ya están en funcionamiento, los restantes están finalizando adecuaciones para iniciar labores en próximas semanas.
La intervención tiene el apoyo económico del Programa Colombia Sostenible (PCS), una iniciativa de la Nación y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que ejecuta el Fondo Colombia en Paz (FCP) para contribuir al cumplimiento del Acuerdo de Paz en su punto 1: Reforma Rural Integral.
El PCS aporta al proyecto recursos por más de $6.600 millones más una contrapartida local en dinero o especie por $4 mil millones, recursos que son administrados por la Fundación Santa Isabel en calidad de ejecutor.