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Redacción.  Los principales indicadores de las condiciones del crédito empresarial se han deteriorado durante el último trimestre, según el último análisis de Janus Henderson Investors. Lo que comenzó como un descenso del crédito inducido por la liquidez es probable que se convierta en un descenso fundamental, ya que la calidad del crédito se ve afectada por la incesante búsqueda de los bancos centrales para combatir la inflación.

Según el equipo de crédito de Janus Henderson Investors, es prudente posicionar las carteras para la recesión, el aumento de la volatilidad y el deterioro de la calidad del crédito. Sin embargo, la dispersión entre sectores presenta oportunidades para que los inversores activos capturen el valor que surge de los episodios de volatilidad.

El último Credit Risk Monitor de Janus Henderson Investors realiza un seguimiento de los indicadores fundamentales y macroeconómicos de las empresas mediante un sistema de semáforo para indicar en qué punto del ciclo crediticio nos encontramos y cómo posicionar las carteras en consecuencia. Las perspectivas del indicador “Flujo de caja y beneficios” han pasado de ámbar a rojo, mientras que los indicadores “Carga de la deuda y servicio” y “Acceso a los mercados de capitales” continúan en rojo.

El semáforo “flujo de caja/ ganancias” pasó a rojo 

En esta fase del ciclo, los expertos prevén que el consumo disminuya por varias razones. Los precios han seguido subiendo, lo que ha repercutido en los beneficios reales; por lo tanto, se reducirá el ahorro; y la crisis energética ha erosionado la confianza de los consumidores, especialmente en Europa. Además, el exceso de existencias de las empresas debería provocar una fuerte caída de los beneficios en los próximos seis a doce meses. Se espera que la debilidad de los beneficios y de la tesorería se extienda a todos los sectores, lo que, a su vez, afectará a la calidad del crédito y los impagos empezarán a aumentar.

El indicador “Acceso a los mercados de capitales” sigue en rojo

Con signos de disminución de la liquidez en algunos mercados de crédito. Los costos de endeudamiento se han disparado con los tipos, la liquidez comercial se ha deteriorado y la refinanciación en el mercado primario se ha hecho más difícil.

El indicador “Carga de la deuda y servicio” sigue en rojo

Se avecina un ciclo de impagos. Como los tipos de interés y los colchones de efectivo de las empresas se mueven en direcciones inversas, algunas empresas tendrán dificultades para pagar sus deudas. Sin embargo, en el periodo posterior a la pandemia, muchas empresas pudieron refinanciar la deuda y ampliar los plazos de vencimiento. Por tanto, no hay ningún plazo de vencimiento a corto plazo que vaya a crear una crisis. En este sentido, se ve un ciclo de impago más superficial y esto ayudará a apuntalar una importante dispersión en el rendimiento de las distintas industrias y sectores, lo que supone un reto, pero también una oportunidad para los inversores.

James Briggs, gestor de carteras de crédito corporativo de Janus Henderson Investors, añadió: “Esperamos que los impagos corporativos aumenten, pero la ampliación de los diferenciales de crédito muestra que este mayor riesgo ya se ha descontado en gran medida. No obstante, los beneficios máximos posteriores a la crisis se han extrapolado de forma demasiado agresiva y podrían experimentar una rápida normalización. A medida que los fundamentos sigan deteriorándose, habrá más presión sobre los diferenciales y es probable que la volatilidad, que ha sido extremadamente alta, se mantenga. Los mercados observan el riesgo crediticio a través de una lente idiosincrásica, pero es evidente que se está gestando un riesgo sistémico a medida que el crecimiento se tambalea y se retira el apoyo político. Unas perspectivas de márgenes turbias darán lugar a decisiones difíciles con respecto a la reciente acumulación de mano de obra, y el riesgo cíclico es cada vez más importante a la hora de tomar decisiones de inversión. En este entorno incierto, mantenemos nuestra preferencia por las empresas de mayor calidad, no cíclicas, con fuerte liquidez y balances fundamentalmente sólidos”.

Jim Cielinski, director global de renta fija de Janus Henderson Investors, afirmó: “Este ciclo crediticio se caracteriza por el pánico de los bancos centrales. Nos encontramos en un entorno en el que los mercados esperan que cometan un error. En mi opinión, los Bancos Centrales podrían finalmente retirarse del endurecimiento y hacer retroceder el ciclo de subidas antes de lo esperado. Mientras lo hacen, existe una oportunidad para que los inversores vuelvan a considerar los activos de riesgo. Nos estamos acercando a un punto de inflexión en el ciclo crediticio y, a la inversa, el momento en que los fundamentos parecen más negativos es el momento en que los inversores pueden empezar a reevaluar las oportunidades.

“Sin embargo, es importante recordar que la época en que los bancos centrales acudían al rescate ha quedado atrás. Su principal objetivo es hacer lo necesario para controlar la inflación y eso significa centrarse en los fundamentos económicos, incluso si eso obliga a una recesión. Los mercados no deberían esperar que una “opción de compra” del Banco Central les saque de apuros en breve”.

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