Estudio sugiere cambios en la medición de emisiones de carbono para reflejar el impacto ambiental real de las empresas
Bogotá. Un nuevo informe, publicado por la Fundación Ellen MacArthur, presenta recomendaciones para revisar el GHG Protocol—el principal mecanismo utilizado por las empresas para contabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)—con el fin de reflejar en mayor grado el verdadero impacto de las prácticas de economía circular.
El estudio titulado “Mejorando la contabilización de las emisiones climáticas para acelerar la transición hacia la economía circular”, señala que, a pesar de que la economía circular es clave para abordar aproximadamente la mitad de las emisiones globales de GEI, la metodología actual de contabilización no captura de manera precisa la reducción de emisiones cuando los productos se mantienen en circulación. En la práctica, esto significa que las empresas que aplican principios de economía circular, pueden verse perjudicadas incluso cuando su impacto positivo es mayor en la reducción de emisiones.
Creado en la década de 1990, el GHG Protocol es un conjunto de directrices, herramientas y estándares globales, que permiten a empresas y organizaciones medir y gestionar sus emisiones de gases de efecto invernadero. Este protocolo clasifica las fuentes de emisión en tres alcances (scopes), basado en dónde ocurren dentro de la cadena de valor.
Mientras que los primeros dos alcances son obligatorios en los inventarios de emisiones, el alcance 3, que abarca las emisiones a lo largo de toda la cadena de valor, es opcional. Sin embargo, las emisiones del alcance 3 pueden representar la mayor parte de la huella de carbono de una empresa, y es precisamente en este ámbito donde la economía circular tiene su mayor impacto.
Según Luisa Santiago, directora ejecutiva para América Latina en la Fundación Ellen MacArthur, la propuesta de revisión del protocolo surgió debido a las dificultades que enfrentan las empresas para ver reflejados sus esfuerzos en economía circular dentro de sus inventarios de emisiones de carbono, “las empresas saben que la economía circular es esencial para enfrentar el cambio climático, pero no ven esto reflejado en la contabilización de sus emisiones. Entendemos que la metodología puede mejorarse para mostrar más claramente el impacto de las soluciones circulares en la cadena de valor. El beneficio de esto, es incentivar a las empresas a avanzar en la transición hacia la economía circular, ya que seguirá siendo fundamental para la reducción de emisiones y la prosperidad a largo plazo.”
Así mismo, David Penagos Echeverri – Vicepresidencia de Innovación y Sostenibilidad de Bancolombia afirma qué “La transición a una economía circular implica un cambio sistémico, por lo tanto, todos debemos ser parte, y los estándares de medición y contabilización no pueden ser ajenos. Los ajustes a las metodologías y estándares actuales deben realizarse para responder a las necesidades y realidades de la transición a una economía circular para que de esta forma habilitar que las empresas y negocios implementen acciones de cara a los nuevos modelos de negocio circulares y que la transición a estos sea una realidad.”
Oportunidades para revisar el GHG Protocol
El informe de la Fundación Ellen MacArthur destaca cinco áreas clave para mejorar la contabilización de emisiones, con el objetivo de representar de manera más precisa la reducción de GEI lograda mediante la economía circular, y asignar mejor las emisiones en el protocolo.
1. Reconocimiento de la economía circular en todo el protocolo: Es necesario establecer con mayor claridad cómo reportar las emisiones asociadas a actividades circulares más allá del reciclaje, como el alquiler, la reparación, la remanufactura y el uso compartido de equipos. Estas prácticas prolongan la vida útil de los productos, evitando emisiones derivadas de la extracción de materias primas y la producción de nuevos productos, sin embargo, actualmente no tienen un espacio claro dentro de la contabilidad del protocolo. Además, hacer obligatorio el alcance 3 permitiría reflejar mejor las emisiones reales de una empresa.
2. Flujos de entrada de materiales circulares: Las reglas actuales solo contabilizan las emisiones en el inicio de la cadena de suministro para el primer usuario de un equipo o maquinaria. Como resultado, no hay incentivos para revender equipos en lugar de descartarlos, ni para comprar bienes usados en vez de nuevos. La propuesta, busca distribuir las emisiones iniciales entre varios usuarios, promoviendo la reutilización y prolongando la vida útil de los productos.
3. Durabilidad de los productos: Actualmente, las empresas deben reportar todas las emisiones de un producto en el año de su venta, sin considerar su vida útil. Esto favorece productos que duran solo 2 años frente a aquellos diseñados para durar 10 años. Se recomienda modificar la metodología para que las emisiones de productos de larga y corta duración sean comparadas de forma más equitativa, por ejemplo, contabilizándolas anualmente en función de su uso.
4. Flujos de salida de materiales circulares: Hoy en día, las reglas permiten que la incineración de residuos para generar energía no reporte emisiones, incluso si la empresa no usa esa energía. Como resultado, puede ser más ventajoso incinerar residuos que reutilizarlos, reciclarlos o compostarlos, a pesar de que estas soluciones tienen un impacto climático mucho menor. La propuesta recomienda aclarar la asignación de emisiones para productos con múltiples ciclos de vida y hacer obligatorio el reporte de emisiones por incineración.
5. Financiamiento de la economía circular: Los inversionistas están obligados a reportar sólo las emisiones de alcance 1 y 2 de las empresas en las que invierten. Esto puede ocultar el impacto positivo de la economía circular en las decisiones de inversión. Además, algunos modelos circulares, como el alquiler de productos, pueden trasladar emisiones del alcance 3 al alcance 1, generando una falsa percepción de aumento de emisiones. Para evitar distorsiones, se recomienda hacer obligatorio el reporte de emisiones del alcance 3 en el sector financiero, mejorando la transparencia sobre el impacto climático real.
Potencial de la economía circular en la reducción de emisiones
Esta revisión busca resaltar una transformación clave en la lucha contra el cambio climático: dar más importancia a las emisiones generadas por la producción y el uso de bienes y alimentos. En 2019, la Fundación Ellen MacArthur demostró que la eficiencia energética y las energías renovables sólo pueden abordar el 55% de las emisiones globales. Para reducir el 45% restante—relacionado con materiales y alimentos—es esencial adoptar una economía circular.
El impacto potencial de este modelo es enorme:
-
Industria automotriz: Diseñar vehículos con menos materiales y estructuras más ligeras podría reducir 89 millones de toneladas de CO₂e por año.
-
Empaques reutilizables: En sectores como alimentos y bebidas, el uso de envases retornables podría reducir emisiones entre 35% y 70% en comparación con los envases desechables.
-
Agricultura regenerativa: Prácticas como cultivos de cobertura y fertilizantes orgánicos pueden disminuir significativamente las emisiones del sector, aumentando al mismo tiempo la capacidad del suelo para absorber carbono. Se estima un impacto positivo de 2,5 mil millones de toneladas de CO₂e por año para 2050.
Impacto de la revisión en las empresas
Actualizar el GHG Protocol con base en estas recomendaciones permitiría una mejor visibilidad del impacto real de las empresas en términos de emisiones de GEI. Además, podría incentivar a más empresas a adoptar modelos alineados con la economía circular y atraer inversiones hacia negocios que mantienen los productos en circulación y ayudan a regenerar la naturaleza.
“Es importante que las empresas sepan que estas recomendaciones han sido enviadas al GHG Protocol. La economía circular no solo trae beneficios ambientales, sino también económicos. Esta revisión refuerza que invertir en economía circular generará un impacto positivo y será reconocido”, concluye Santiago.