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Bogotá. En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Emprendedora (que se celebra el 19 de noviembre de cada año), el acceso a recursos para proyectos productivos continúa siendo una de las mayores preocupaciones que enfrentan las mujeres alrededor del mundo. Evidencia de ello es que, como lo calcula el Banco Mundial, existe una brecha de 1.700 millones de dólares en financiación empresarial y, además, 740 millones de mujeres en todo el mundo carecen de acceso a productos y servicios bancarios.

Frente a este desafío que también incide en el progreso de las emprendedoras colombianas, Bancamía -entidad de la Fundación Microfinanzas Bbva- ha trabajado a lo largo de 16 años por el cierre de brechas de género y la creación de oportunidades de crecimiento para las microempresas lideradas por ellas, que en la entidad son mayoría: el 56% de los clientes y de los microempresarios atendidos por el banco son mujeres, el 38% viven en zonas rurales, el 34% de ellas tienen educación primaria a lo sumo y el 88% son vulnerables desde el punto de vista de sus ingresos.

De esta forma, el acceso a microcréditos por parte de las mujeres emprendedoras se convierte en una herramienta que les ha permitido sacar adelante sus negocios y apalancar su desarrollo productivo. Así, las clientas de Bancamía se han beneficiado con desembolsos mayores a $600.000 millones en lo corrido de 2024. Estos recursos han permitido financiar principalmente emprendimientos como tiendas y pequeños comercios, establecimientos de comida, peluquerías, almacenes de ropa y talleres de confección.

Las emprendedoras las que más acceden a créditos

Las emprendedoras son las que más acceden a créditos con Bancamía, pues del total de la cartera vigente, el 52% corresponde a préstamos que se han destinado para microempresas lideradas por mujeres, cifra que asciende a los $852.700 millones, de los cuales un 30% corresponde a financiación para mujeres en zonas rurales.

El modelo de acompañamiento de Bancamía a las mujeres emprendedoras no solo se basa en financiamiento y en la oferta de productos de ahorro y seguros comercializados, sino en la formación de habilidades empresariales para la gestión del emprendimiento y el fortalecimiento empresarial a través de programas como Empropaz, que tiene presencia en 92 municipios. Esta iniciativa, liderada por Bancamía en alianza con Usaid, junto con la Corporación Mundial de la Mujer Colombia y la Corporación Mundial de la Mujer Medellín/ De Mis Manos, fue creada en 2018 con el propósito de beneficiar a poblaciones vulnerables de zonas afectadas históricamente por la pobreza y la violencia.

“Tenemos claro que cuando ofrecemos productos financieros y no financieros también entregamos oportunidades, empoderamiento, confianza y progreso para continuar cerrando las brechas que limitan su desarrollo productivo. Hemos podido comprobar con nuestro sistema de Medición de Impacto Social y Económico (Mide) que cuando las mujeres acceden a servicios financieros sus ventas crecen, en promedio, 10%. No hay duda del beneficio que esto trae a familias y comunidades”, manifestó la presidenta de Bancamía, Viviana Araque Mendoza.

Se potencian desde los créditos

Este apoyo al empoderamiento económico de las mujeres emprendedoras se refleja en historias como la de Claudia Paulina Montealegre, una microempresaria y artesana de Florencia (Caquetá), quien encontró en Empropaz una oportunidad para potenciar su negocio a través del acceso a productos y servicios financieros en condiciones especiales y del desarrollo de habilidades a partir de acompañamiento y formación empresarial virtual.

Inspirada en la naturaleza y la riqueza de su región (Caquetá), Claudia Paulina -madre soltera y jefe de hogar- comenzó desde 2019 con el apoyo de un crédito de Bancamía, a fabricar artesanías que exaltan la biodiversidad y el valor de la cultura amazónica. Entre los productos que comenzaron a salir de su taller (Vaju Artesanías) se cuentan algunos como, por ejemplo, cuadernos, collares, camisas, sombreros, entre otros. Incluso, pensando en la sostenibilidad de su emprendimiento, ha hecho uso de materiales reciclados y amigables con el entorno.

“La principal motivación para lograrlo fue ser parte activa del crecimiento y desarrollo de mis hijos. Conservo con este emprendimiento la tradición de mi familia”, asegura Claudia, quien es una de las más de 128.000 mujeres atendidas en los territorios donde Empropaz opera desde hace seis años. Hoy, Vaju Artesanías genera empleo para otras madres cabeza de hogar de la región y contribuye al bienestar de su comunidad.

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