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San Bernardo del Viento, Córdoba. Los daños causados por la pesca ilícita en tres ciénagas del corregimiento de Caño Grande, en el municipio de San Bernardo del Viento, Córdoba, motivaron a un grupo de pescadores artesanales a liderar prácticas de conservación ecosistémica en la región del bajo Sinú cordobés.

Entre estas prácticas están el desarrollo de ecoturismo, avistamiento de aves y piscicultura sostenible, así como también, han conservado la fauna autóctona y recuperado el ecosistema manglárico que, en su momento, fue objeto de tala indiscriminada.

Así lo narra Nelson Padilla, miembro del Comité de Vigilancia y Conservación del Medio Ambiente de Pescadores Artesanales de Caño Grande (Covicompagra) quien lleva más de 20 años de trabajo en pro del cuidado de los complejos cenagosos La Coroza, La Balsita y Feres.

“La asociación se dedica a la piscicultura, al cuido de las ciénagas, agricultura, al turismo y trabajamos también con la meliponicultura”, dijo Padilla.

Uno de los atractivos de esta zona es el avistamiento de aves, pues año tras año atrae a decenas de ornitólogos que llegan en busca de una especie única en Latinoamérica.

La iniciativa de conservación de Caño Grande cuenta con el apoyo de la CVS.

“El turista cuando llega a la zona nosotros le hacemos el recorrido por la Isla de Las Aves que está muy bien conservada, en unas canoas, en ese avistamiento de aves podemos encontrar doce especies de aves que en ella anidan, en un ciclo de anidamiento, son especies de garzas, como la Agamí Agamia, que es una de las especies que encontramos”, comenta Nelson Padilla.

Negocios Verdes

La iniciativa contará con el apoyo de la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y San Jorge (CVS) en el fortalecimiento de Negocios Verdes a través de la Fundación Flora y Fauna.

“Tiene que ver con el desarrollo de actividades económicas sostenibles, específicamente estamos promoviendo acciones de turismo sostenible para conservar el patrimonio natural del departamento de Córdoba”, dijo Dory Luz Jiménez, profesional especializado de la CVS.

Las personas que integran este grupo han sido los guardianes de la Agamia por más de 25 años, conviviendo con las especies, conservando un lugar único en Colombia para ver una de las garzas más bonitas del mundo.

Otro de los trabajos de la asociación tiene que ver con el legado conservacionista. Hoy por hoy, lideran la formación de 30 jóvenes que serán los encargados de continuar con estas labores que propenden por la restauración de los ecosistemas y la preservación de la flora y fauna y de las fuentes hídricas.

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