Córdoba, tras las 10 toneladas por hectárea en cultivo de maíz
Cereté, Córdoba. Pese a tener uno de los mejores valles del mundo, en el Sinú los rendimientos del cultivo del maíz no son satisfactorios, ya que en zonas donde los suelos tienen menos riqueza, como los Llanos Orientales, se produce más.
Debido a las condiciones climáticas que se prevén para este año, la recomendación de Fenalce es que, en Córdoba, en los municipios maiceros, se empiece a sembrar desde el 20 de abril hasta mediados de mayo.
Atendiendo esa sugerencia recordamos hoy las recomendaciones que hace poco socializó con algunos productores de maíz de Córdoba el director del Centro de Investigación Turipaná de Agrosavia, Sergio Mejía Kerguelén, sobre lo que se debe hacer para que Córdoba pase de las 5,6 toneladas en promedio que se obtuvieron en el primer semestre de 2022 para llegar a las 10 toneladas en este 2023.
El país cuenta con material genético suficiente para obtener ese rendimiento, porque los mismos híbridos que hoy se ofrecen en Colombia en otros países como Perú y Brasil han dado excelentes resultados y también en nuestro país. Los productores deben dejar de pensar que solo los transgénicos son los que dan buenos rendimientos.
Existen condiciones ambientales que el productor no puede controlar como la humedad, las lluvias, temperatura, vientos. Pero existen otras, que sí puede controlar, y que influyen mucho en el rendimiento.

Sergio Mejía Kerguelén, director Centro de Investigación Turipaná.
Lo que se puede controlar
Adecuación del terreno. En esta parte es importante tener en cuenta los drenajes. Hacer un levantamiento topográfico y de altimetría antes de sembrar para saber la profundidad de los canales y hacia dónde deben ir y cuántos se deben hacer, ya que, de acuerdo a los estudios que se han hecho en Agrosavia, mínimo debe haber 0,75 centímetros a un metro de profundidad.
“Una de las principales causas del poco rendimiento del maíz en el Valle del Sinú son los malos drenajes. Puedo abonar un cultivo, pero si no tengo resuelto el drenaje no hago nada. El cultivo del maíz es altamente susceptible a los excesos de agua, aunque la variedad aguante agua”, afirma Sergio Mejía.
Otro punto es el manejo agronómico, saber qué tipo de labranza se va a utilizar, los niveles de fertilización que se van a realizar, la cantidad y cuántas veces se va a fertilizar. “Es importante que los asistentes técnicos tengan claro las fuentes de fertilización que se necesitan porque no hay una receta hecha para cada lote, eso lo tiene que saber el asistente”, manifestó Mejía Kerguelén.
Y el tipo de labranza a usar se sabrá si se tiene un análisis de suelo. “Muchos saben lo importante que es este análisis, pero no lo hacen todavía”, manifiesta el director de C.I. Turipaná.
El número de plantas que se van a sembrar por cada hectárea. La experiencia muestra que con 75 mil plantas a cosecha por hectárea se pueden lograr buenos rendimientos.
También es importante en el desarrollo del cultivo saber si los fertilizantes que se están aplicando están siendo absorbidos por la planta, por eso, son importantes las muestras que se tomen en el transcurso del crecimiento del cultivo. “Eso hace parte de las 5 toneladas que se nos pierden”, manifiesta Mejía Kerguelén.
Y agrega: La mayoría sabemos todos esos detalles, pero no lo hacemos, hay problemas porque la tierra es arrendada, y nadie invierte esos recursos en una tierra que no es propia, pero entendamos que la única manera de llegar a las 10 toneladas es controlar o hacer bien las variables que podemos controlar.
Los conocimientos de cómo llegar a esas 10 toneladas por hectáreas están entregados, ahora hace falta que el productor los ponga en práctica y sobre todo, en Córdoba que va a tener buenas condiciones, en el primer semestre, para sembrar. Quienes siembren en el segundo semestre tendrán que enfrentarse a la alta probabilidad de que ‘El Niño’ esté presente.