Contratación flexible reduce el desempleo, pero aumenta la incertidumbre laboral
Redacción. Colombia cerró 2024 con una tasa de desempleo del 9,1 %, la más baja de los últimos años, y con 23,6 millones de personas ocupadas. Aunque este dato refleja una mejoría laboral, una investigación de la Universidad Nacional de Colombia (Unal) advierte que detrás del incremento en el empleo hay un cambio fundamental: la flexibilización en las formas de contratación, que aunque facilita la inserción laboral, también genera nuevas formas de inestabilidad e incertidumbre para los trabajadores.
La investigación, realizada por el economista Germán Darío Rodríguez Ávila, magíster en Economía de la Unal, propone construir un “indicador de flexibilidad laboral”, con el fin de medir cómo se adapta el mercado laboral a las condiciones cambiantes. Este índice se diseñó con una perspectiva dual: por un lado la oferta laboral, relacionada con las condiciones de los trabajadores, y por el otro la demanda, centrada en las prácticas de contratación de las empresas.
Para su elaboración el magíster se basó en datos de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (Geih) y en las Encuestas Económicas Anuales del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), y estructuró el indicador en tres dimensiones fundamentales: (i) la flexibilidad contractual (tipos de contrato y estabilidad laboral), (ii) la flexibilidad salarial (capacidad de ajustar los sueldos frente a cambios económicos), y (iii) la flexibilidad en la jornada laboral (posibilidad de modificar horarios y turnos).
Posteriormente aplicó un modelo econométrico que le permitió estimar la relación de estas variables con el desempleo y la informalidad, y explicar cerca del 66 % de la variabilidad observada en estos fenómenos.
El análisis identificó un aumento sostenido en la flexibilidad contractual, con un incremento significativo en la proporción de trabajadores vinculados por contratos de prestación de servicios. Esta modalidad pasó de representar menos del 3 % en 2008 a casi el 9 % en el último trimestre de 2023, especialmente en el sector de servicios.
El investigador explica que “esta tendencia les ha permitido a las empresas ajustar su planta de personal con mayor rapidez ante los cambios del mercado, reduciendo el desempleo y también la informalidad”.
Sin embargo, advierte que esta transformación ha venido acompañada de una creciente precarización laboral: “aunque los contratos temporales y las modalidades de vinculación flexible amplían las posibilidades de empleo, suelen traducirse en menos estabilidad, ingresos más bajos y menos acceso a derechos laborales. Esta situación afecta particularmente a sectores como el comercio y los servicios”.
El impacto de las leyes en la flexibilización laboral
El estudio también revisa el impacto de las reformas laborales en la estructura de costos para los empleadores. Aunque Leyes como la 1607 de 2012 y la 1819 de 2016 ofrecieron alivios temporales, los costos no salariales (salud, pensión, bonificaciones, transporte) siguen representando alrededor del 41 % del salario, una proporción similar a la registrada antes de la Ley 100 de 1993, con la cual se creó el Sistema General de Seguridad Social, que elevó las contribuciones obligatorias de las empresas.
“En los últimos años se ha evidenciado en Colombia un aumento de la flexibilidad laboral, impulsado por reformas y políticas que han facilitado esta adaptación. La mayor transformación se ha dado en la flexibilidad contractual, con un claro incremento de los contratos temporales y las modalidades de contratación independiente”, precisa el magíster.
Aunque Colombia cerró 2024 con una tasa de desempleo del 9,1 %, marcando una leve mejoría frente a 2023, el país sigue registrando cifras superiores al promedio de América Latina. Así las cosas, Colombia lidera junto a Chile y Uruguay la lista de países con mayores tasas de desempleo en Latinoamérica. Esta brecha refleja no solo las particularidades del mercado laboral colombiano, sino también los retos persistentes en términos de informalidad y calidad del empleo.
En conclusión, los resultados muestran que la flexibilización laboral, en particular la contractual, ha sido efectiva para reducir el desempleo y mejorar la formalización. No obstante, plantea retos importantes en términos de calidad del empleo y sostenibilidad del bienestar laboral. Entender estas tensiones será clave para avanzar hacia un mercado laboral que combine la adaptabilidad con garantías reales para los trabajadores.