Con actividades del campo familias restituidas retoman control de sus destinos
Valencia, Córdoba. Aunque suene a cliché definitivamente la unión hace la fuerza. Eso se ha demostrado en el trabajo que han hecho la Unidad de Restitución de Tierras (URT), el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), financiado por el Fondo Multidonante de las Naciones Unidas para el Sostenimiento de la Paz en Colombia en territorios restituidos de Bolívar, Cauca y Córdoba con el proyecto “Mujeres, Jóvenes y Personas Mayores, promotoras de la sostenibilidad de los Frutos de la Restitución”. Es lo que el director de la URT, Giovanni Yule, llama juntanza.
Hoy nos ocuparemos de lo acontecido en territorio cordobés, especialmente en Valencia desde las voces de los protagonistas. Se están recogiendo los frutos de un poco más de dos años de trabajo, primero organizando y luego ejecutando en territorio.
La URT restituyó la tierra y les dio apoyo para el inicio de un proyecto productivo escogido por los restituidos con base en sus necesidades y la aptitud de la tierra.
Para complementar este trabajo la URT pidió el apoyo del Plan Mundial de Alimentos para seguir fortaleciendo los proyectos productivos, que, en algunas partes, como Tierralta, también ha tenido otro apoyo, el de la FAO.
Pero de nada sirve la llegada de recursos y capacitaciones a una población si de ella no se obtiene el empoderamiento necesario para echar hacia adelante.
Justamente ese aspecto destaca el representante en Colombia del PMA, Carlo Scaramella, “destaco la gran capacidad de resiliencia de las comunidades, de las poblaciones colombianas de poder reconstituir un proyecto de vida a pesar de tener un pasado complicado afectado por varios hechos de violencia. Es una capacidad de las comunidades victimizadas de tomar control de sus propios destinos, de reconstituir medios de vida, tejido social con un rol protagónico de las mujeres”.
“Esto es una bendición. Nos sentimos orgullosos de estas entidades que nos han traído aquí porque son muchas las experiencias que hemos vivido aquí, antes sufríamos mucho por los alimentos, ahora no, porque nosotros mismos generamos los alimentos nuestros y nos queda para comercializar”, comenta Ever Polo Pérez, fiscal de la Asociación Productores Agropecuarios de Nueva Esperanza y Villanueva (Apanev).
En la antigua hacienda Las Tangas están hoy varias familias a las que les devolvieron sus parcelas como el caso de la familia de Ever Polo que tiene 7 hectáreas que llamaron La Bendición. Hoy ese terreno es parcela demostrativa para el cultivo de pastos, yuca forrajera, caña y maíz para la Asociación.
Ellos tienen la producción agropecuaria como su medio de vida, porque además de tener vacas para la producción de leche, también siembran cultivos como arroz, maíz, yuca y tienen aves de corral, ellos producen sus alimentos. Restitución le dio algunas reses para iniciar, posteriormente el PMA también les donó otras y además, un lote de 15 vacas tipo leche que son directamente para la Asociación con el fin de fortalecerla.
Mujeres, con la camiseta puesta
Y sobre el comentario del director del PMA, destacando el rol protagónico de las mujeres, un ejemplo es lo que acontece con el centro de acopio de Apanev, que, aunque todavía no está funcionando por temas del fluido eléctrico, ya tienen una clara dirección y esas son las 8 mujeres que hacen parte del Comité Administrativo del mismo.
Silvia Ramos Reyes, secretaria de Apanev, comenta: El Centro de acopio tiene un comité administrativo que los conformamos 9 personas entre ellos un solo hombre. Las mujeres hemos tomado las banderas en este proyecto porque somos más organizadas, hacemos rendir más el dinero, somos más juiciosas, y porque nos hemos puesto la camiseta con este proyecto de sacarlo adelante y que sea lo más sostenible posible en el tiempo.
Un llamado de Apanev y en especial de las mujeres que hacen parte del Comité Administrativo es para el gobernador Orlando Benítez Mora para que antes de retirarse del cargo los ayude a la pavimentación de los casi 15 kilómetros que separan al Centro de Acopio con la zona urbana de Valencia para que cuando sea la temporada invernal no tengan problemas para sacar la leche acopiada.
Recordando, además, que el corregimiento de Villanueva es sujeto de reparación colectiva y hay sentencias que obligan al Estado a mejorar las condiciones de saneamiento básico, energía y vías. Por eso, el llamado también es para la alcaldía de Valencia.