Casi 790.000 empleos reflejan la fuerza del BPO en el mercado colombiano

Bogotá. Al cierre del año, el ecosistema de Business Process Outsourcing (BPO) en Colombia reafirma su papel estratégico para la economía nacional, con un desempeño positivo incluso en medio de un entorno económico desafiante. El más reciente balance sectorial de BPrO confirma que la industria se mantiene resiliente, en crecimiento y con alto impacto económico y social.

Según el informe, el sector BPO:

• Aporta el 3,3 % del PIB nacional.
• Genera 56,5 billones de pesos en ingresos operacionales.
• Alcanzó 789.687 empleos directos en 28 departamentos.

“Este balance demuestra que el sector BPO es resiliente y estratégico. No solo crecimos en cifras, sino también en impacto: generamos empleo formal, impulsamos la inclusión y fortalecimos regiones que hoy son parte activa de la economía digital”, afirmó Ana Karina Quessep, presidente ejecutiva de BPrO.

Impacto internacional

Las exportaciones de servicios BPO y KPO alcanzaron los USD 2.934 millones, con operaciones principalmente hacia Estados Unidos (60 %), seguidas de España (11 %), Chile (7 %) y México (3 %). Este desempeño consolidó a Colombia como uno de los destinos más confiables para el offshoring global, ocupando el quinto lugar en el Offshore BPO Confidence Index, con una calificación de 84,9 %.

El sector se consolida como plataforma de inclusión:

• Más del 60 % de los colaboradores son jóvenes entre 18 y 29 años.
• El 56,4 % son mujeres y el 55,6 % madres cabeza de hogar.
• El 86,2 % combina estudio y trabajo.
• El 15,9 % accedió a su primer empleo formal en esta industria.

Innovación y tecnología

El 76 % de las empresas ya incorpora inteligencia artificial en procesos de atención al cliente, automatización, televentas y analítica, fortaleciendo modelos híbridos que combinan tecnología avanzada con supervisión humana.

El BPO proyecta un crecimiento superior al 6 % en ingresos y empleo, además de la incorporación de 30.000 nuevos agentes bilingües. Sin embargo, estas perspectivas dependen de que las reformas laborales y la definición del salario mínimo se construyan con criterios técnicos, gradualidad y diálogo social, garantizando la sostenibilidad de una industria intensiva en talento humano.