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Bogotá. Desde el programa de Diseño Industrial de Utadeo se lideran varios proyectos que buscan repensar los residuos como materia prima para crear soluciones reales a los desafíos ambientales de la industria. Con iniciativas que convierten desechos orgánicos en materiales innovadores, el programa impulsa propuestas con impacto en sectores como la construcción, empaques, automotriz, diseño de interiores, mobiliario y moda.

“El diseño industrial viene desarrollando nuevos materiales que puedan utilizarse en diferentes productos. En Utadeo partimos principalmente desde residuos de procesos agrícolas, como fibras o materiales vegetales, que podamos emplear como refuerzo o carga dentro de dos líneas de material”, afirmó Juan Manuel España, director del Área Académica de Diseño de Producto de Utadeo.

España, profesor e investigador del programa, lidera iniciativas que combinan creatividad, ciencia de materiales y sostenibilidad. A través del trabajo conjunto con estudiantes y disciplinas como la ingeniería química, la Universidad ha creado materiales a partir de fibras naturales, almidones y cáscara de huevo, con aplicaciones industriales de alto potencial.

El proceso parte de un principio clave: diseñar desde la sostenibilidad. Esto implica seleccionar residuos agroindustriales como fique, maíz, coco, cáscara de huevo o café, y transformarlos en compuestos útiles al combinarlos con resinas ecológicas o almidones, generando biopolímeros que no solo reducen el impacto ambiental, sino que abren oportunidades reales en sectores productivos.

Productos menos contaminantes

“Estamos reemplazando este tipo de materiales por fibras vegetales que ofrecen muy buenas prestaciones técnicas y, al mismo tiempo, son mucho más eficientes en términos de sostenibilidad”, continuó España.

Industrias como la construcción, los empaques, la automotriz, el diseño de interiores, el mobiliario y la moda son de las más contaminantes. Según ‘World Bank Group – What a Waste 2.0’, la industria de la construcción es responsable de aproximadamente el 30% al 40% de los desechos sólidos globales.

Asimismo, según ‘Fashion Revolution / Circular Footwear Alliance’, la industria del calzado produce más de 1.000 millones de pares al año, de los cuales solo entre el 1 y el 20 % se recicla; el resto termina en basureros.

Por otro lado, de acuerdo con la Ellen MacArthur Foundation en su informe ‘The New Plastics Economy’, el 40 % del plástico producido globalmente se destina a empaques. Según OECD – ‘Global Plastics Outlook’, de ese total solo el 10 % se recicla realmente.

Ante esto, Utadeo busca alternativas para desarrollar productos menos contaminantes y que puedan ser una alternativa para las industrias.

Biomaterial hecho con hongos.

Proyecto con resinas y fibras naturales

La combinación de resinas ecológicas con fibras y residuos de fique, maíz o enea da lugar a materiales resistentes, livianos y sostenibles, ideales para los sectores de la construcción y diseño de acabados. Con este biomaterial se pueden diseñar mesones de cocina, separadores de espacios, apliques decorativos y recubrimientos sostenibles. Estos materiales no solo reducen el uso de compuestos contaminantes, sino que incorporan una estética natural y diferenciadora en proyectos arquitectónicos.

Esta misma combinación impacta la industria automotriz: el semillero ‘Pensamiento en Diseño: (Fibroterritorialidades)’ ha desarrollado materiales compuestos reforzados con fibras vegetales que pueden reemplazar la tradicional fibra de vidrio, reduciendo así el impacto ambiental en la cadena de producción automotriz.

La industria del calzado y la moda también se ha beneficiado, pues se han producido suelas de zapatos con compuestos vegetales que buscan reemplazar los materiales sintéticos convencionales.

“En calzado, hemos hecho pruebas con una empresa en Medellín para reemplazar las suelas convencionales por suelas con componentes vegetales, mucho más sostenibles y a futuro degradables”, explicó España.

Proyecto ‘Waku’ – Biopolímeros

A partir de almidones naturales, se desarrollan bioplásticos biodegradables que buscan sustituir plásticos convencionales desde un enfoque ecológico y creativo. Esta línea, ideal para el sector de empaques, ha permitido la creación de biopolímeros que se comportan como plásticos tradicionales, pero se biodegradan en menor tiempo. Incorporar materiales reciclados puede reducir la huella de carbono de los empaques hasta en un 50 %, según Wrap (UK).

Proyecto ‘Namica’

La cáscara de huevo, un residuo comúnmente desechado, se convierte en materia prima para piezas cerámicas únicas que mezclan estética, resistencia y responsabilidad ambiental. Este material es ideal para el diseño de producto, mobiliario y diseño de interiores.

El uso de residuos como el huevo, el café o el maíz permite crear piezas resistentes y visualmente atractivas para el hogar y espacios comerciales. Estas innovaciones están generando nuevas líneas de diseño local con proyección internacional.

“Lo que buscamos no es solo crear objetos sostenibles, sino proponer nuevas cadenas de valor donde lo que antes era considerado basura se convierte en recurso para diseñar, producir y reutilizar”, dijo España.

Biopolímeros.

Visión industrial con raíz local e impacto global

Todo el desarrollo y la investigación se lleva a cabo con desechos de cultivos o procesos agrícolas provenientes de campesinos y sectores colombianos, en los laboratorios de Utadeo.

Allí, con el apoyo de la Facultad de Ciencias Naturales e Ingenierías, se une la creatividad del diseño con la rigurosidad técnica. Este enfoque ha permitido la creación de prototipos funcionales, pruebas de resistencia y aplicaciones reales, incluso con el respaldo del sector privado.

Para el profesor España, usar biomateriales marca la diferencia porque:

Se aprovechan residuos: “Convertimos algo que se considera basura en un material aprovechable. Así, atacamos el problema ambiental tanto en la generación del residuo como en el reemplazo de materiales contaminantes”.

Se generan nuevas oportunidades económicas para los campesinos colombianos: “La sostenibilidad no es solo ambiental, también es social. Al trabajar con desechos de cultivos o procesos agrícolas, generamos nuevas oportunidades económicas para los productores del campo”.

Se proyecta a Colombia globalmente: “Siempre hemos mirado hacia Europa o Estados Unidos en temas de innovación en materiales, pero nosotros tenemos la biodiversidad que puede convertirse en nuevas propuestas. Eso nos da una ventaja competitiva única frente a otros países. Solo necesitamos que los estudiantes se cuestionen y vean el desarrollo de materiales como una posibilidad real en los campos creativos”.

Los biomateriales desarrollados en la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano no solo ofrecen una alternativa al uso de plásticos y compuestos contaminantes, sino que también promueven la reactivación de economías locales, al vincular productores rurales y generar valor agregado desde el conocimiento.

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