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Foto: Freepik

Bogotá. El 2025 cerrará como un año decisivo para el comercio electrónico en Colombia. Según el balance de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (Ccce), a pesar de los desafíos económicos y las variaciones en la inflación y el tipo de cambio, el sector mantuvo un crecimiento sostenido impulsado por la adopción tecnológica, la expansión de las plataformas digitales y una mayor confianza del consumidor.

“Creer en el comercio electrónico es creer en el potencial productivo del país. Hoy, el ecommerce no solo impulsa la competitividad, sino que también promueve la inclusión, la formalización y la reducción de brechas en los territorios. Ya no se trata solo de digitalizar procesos, sino de construir relaciones de confianza entre empresas y consumidores”, señaló María Fernanda Quiñones, presidente ejecutiva de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico.

Durante este año, los consumidores diversificaron sus categorías de compra, los comercios locales fortalecieron sus canales digitales y el país avanzó en materia de pagos instantáneos y seguridad. Estos factores consolidaron al comercio electrónico como uno de los motores del desarrollo económico nacional, que alcanzó un crecimiento del 10,82% al cerrar el tercer trimestre frente a lo observado en 2024. Este resultado se alinea con la proyección de crecimiento del sector del 12% al finalizar el 2025.

Factores decisivos para la compra

El consumidor digital colombiano de 2025 no solo buscó precio o conveniencia, sino también confianza, sostenibilidad y transparencia. Las compras responsables, el apoyo a productos locales y la trazabilidad en los envíos se consolidaron como factores decisivos al momento de comprar en línea.

“Eventos como HotSale, Travel Sale y el eCommerceFest, organizados por la Ccce, demostraron el potencial del canal digital para dinamizar el comercio, fortalecer la relación entre marcas y consumidores, y visibilizar las tendencias que marcaron la agenda del ecosistema este año. Además, la logística nacional continúa adaptándose a la demanda de entregas más rápidas y sostenibles, reforzando así la competitividad del comercio electrónico colombiano”, añade María Fernanda Quiñones.

El auge de plataformas globales como Temu, Shein, AliExpress y Alibaba también redefinió la dinámica del comercio electrónico. Su modelo basado en precios competitivos y amplias ofertas atrajo a millones de consumidores locales, generando debates sobre la competencia justa y la necesidad de fortalecer la competitividad del comercio electrónico nacional.

Avances regulatorios y confianza digital

El país avanzó en la discusión de políticas públicas orientadas a equilibrar innovación, competencia y protección al usuario. Los diálogos multisectoriales liderados por el gremio sobre gobernanza digital y libertad de expresión reflejan el interés por construir un entorno regulatorio moderno y transparente. Asimismo, los debates sobre las reformas tributarias que impactan las distintas etapas de la cadena de valor del comercio electrónico han sido clave para fortalecer el ecosistema digital y consolidarlo como un aliado de la economía nacional.

La confianza digital se consolidó como eje del ecosistema. Los usuarios son cada vez más exigentes en materia de seguridad, trazabilidad y calidad del servicio, lo que llevó a las empresas a reforzar sus sistemas de protección de datos, implementar pasarelas de pago más seguras y fortalecer sus políticas de atención al cliente.

Inclusión y apropiación tecnológica

El 2025 también estuvo marcado por una mayor adopción tecnológica entre las mipymes, especialmente en sectores rurales y agroindustriales. Iniciativas de formación digital como YaEstoyOnline.co, con sus nuevos módulos en agro digital, turismo digital y herramientas de inteligencia artificial, así como capacitaciones en comercio transfronterizo, como eXporta.online, y soluciones de pagos y logísticas accesibles permitieron que pequeños negocios llegaran a nuevos mercados.

Aunque la brecha de conectividad territorial y la alfabetización digital sigue siendo un reto, el aumento en el acceso a Internet y la disponibilidad de herramientas tecnológicas han abierto oportunidades para una participación más equitativa de los actores productivos en la economía digital. Sin embargo, el reto va más allá del acceso: se trata de que las personas utilicen Internet no solo para comunicarse o entretenerse, sino como un medio para aprender, emprender y generar ingresos, y de que las empresas, especialmente las micro, pequeñas y medianas, avancen en su transformación digital para que los beneficios de la digitalización se traduzcan en bienestar y desarrollo para todos.

“El balance del 2025 deja un panorama optimista: el comercio electrónico se afianza como parte integral del consumo colombiano, mientras las empresas locales avanzan hacia modelos más híbridos, sostenibles y centrados en la confianza del usuario. El reto hacia 2026 será mantener este ritmo de innovación y fortalecer la competitividad local frente a los grandes jugadores internacionales. Colombia tiene las capacidades y el talento para consolidarse como referente regional en economía digital”, concluyó María Fernanda Quiñones, presidente ejecutiva de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico.


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